El pasado domingo, el exministro de Hacienda de Chile, Andrés Velasco, publicó un artículo en Diplomatic Courier titulado “La farsa trágica interminable de Argentina”, donde da su opinión sobre la crisis económica financiera que vive nuestro país. El ex funcionario no tuvo compasión con lo que actualmente ocurre en su país vecino, y fue arduamente crítico con la gestión actual del gobierno de Fernández.
Karl Marx escribió que todos los grandes “hechos históricos mundiales” ocurren dos veces: “la primera vez como tragedia, la segunda como farsa”. Pero, ¿y si ocurren una y otra vez, cada pocos años, década tras década? ¿Es eso trágico o ridículo? ¿Ya no son tales hechos “históricos universales”? ¿O simplemente deja de importarle al mundo?, añadía.
También detalló: “Esos pensamientos vienen a la mente a medida que se desarrolla otra crisis financiera argentina. Se respira un aire de farsa: un presidente llamado Fernández choca con un vicepresidente también llamado Fernández (sin parentesco), lo que provoca la renuncia del ministro de Economía. La ministra entrante anuncia que recortará el déficit fiscal, a pesar de que la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien realmente manda, ha dejado en claro que quiere un déficit aún mayor. Los mercados se vuelven locos y el peso se desploma”.
Velasco habló de cómo Argentina transcurre una y otra vez una crisis económica de la cual no ve salida alguna, y en gran parte se debe, afirma, a la elección de sus funcionarios. Detalla que sus problemas económicos se acarrean desde el siglo pasado, pero que ahora la caída de los precios agrícolas ayudó a desencadenar la crisis y que esta vez el extranjero no estaba “dispuesto a prestar”.
“En un intento mayormente inútil de limitar el impacto inflacionario de todo ese dinero nuevo, el banco central ha estado tratando de esterilizarlo emitiendo sus propios bonos de corto plazo, que ahora representan casi el 10% del PIB […] Las políticas pueden parecer ridículas, pero las consecuencias son trágicas […] Las opciones de política disponibles también son cualquier cosa menos nuevas”, detalló el funcionario.
Altamente crítico con lo que ocurre en la Argentina, Velasco escribió: “No se necesita un graduado de la Universidad de Chicago o un ex funcionario del Fondo Monetario Internacional para reconocer que el problema de Argentina es principalmente fiscal. El gasto público primario aumentó más del 10 % interanual en términos reales en la primera mitad de 2022, además de un aumento mucho mayor durante la pandemia […] Al problema fiscal se le suma un problema político. Cualquier promesa de un gobierno cuyas dos figuras principales se pelean constantemente carecerá de credibilidad”, agregó.
Asimismo, habló sobre los al menos nueve impagos de deuda pública externa del país y cómo los políticos que la población argentina elige terminan incurriendo en grandes déficits fiscales y los financian imprimiendo pesos. Añade, como teoría y justificación a ello, lo dicho por los economistas Harvad Rafael Di Tella y Julio Rotemberg, mencionando que “los políticos populistas adoptan políticas extremas y, en última instancia, insostenibles para señalar que no están en el bolsillo de las élites poderosas”.
“En una sociedad con tan poca confianza mutua como la argentina, la única forma en que los políticos pueden demostrar que quieren salvar la economía es destruyéndola primero. En esto, han tenido éxito: la farsa que siempre se repite en Argentina es poco menos que trágica”, concluye su artículo Andrés Velasco.
Te puede interesar: Litio: Argentina y Chile avanzan en proyectos conjuntos
y bueno… en chile en el 2019 hubo una explosion social que hasta el dia de hoy no han resuelto, mejor que criticar a otros seria bueno que se metieran en sus propios problemas….
Debería fijarse como dejo Chile el mamerto este i su gobierno de derecha, estos Libertarios son iguales en todos lados venden la patria y después se hacen los boludos hechando le la culpa al que viene. ?✌?
El problema económico de Argentina no es financiero o monetario, es originariamente político, significa que hay decisiones que dependen exclusivamente de los dirigentes que NO toman las decisiones que hay que tomar, en el momento que hay que hacerlo.
Lo de “farsa” no lo entiendo, acá los hechos son muy reales.