Los gobiernos de México, Argentina, Ecuador y Bolivia respaldaron el sábado la continuidad de la presidencia de Pedro Castillo en Perú, donde enfrenta varias investigaciones penales y constantes amenazas de destitución.
“Reiteramos nuestra solidaridad con las autoridades legítimamente elegidas”, dijeron los países en un comunicado conjunto. “Confiamos en que todos los actores políticos (peruanos) priorizarán la construcción de un amplio consenso” expresó un comunicado por parte de los países.
Castillo, antiguo profesor y campesino criado en una familia pobre de los Andes rurales de Perú, llegó al poder el año pasado.
Aunque su elección asustó a los inversores, Castillo ha moderado su postura desde entonces, manteniendo a los tecnócratas en el ministerio de finanzas. Sin embargo, ha atravesado muchas crisis, incluyendo la supervivencia a dos intentos de destitución y la reorganización de su gabinete en varias ocasiones.
También está sometido a seis investigaciones penales distintas, entre otras cosas, por obstrucción a la justicia en el despido de un ministro del Interior. Los legisladores de la oposición han dicho que les gustaría lanzar un tercer intento de destitución, pero reconocen que no tienen los votos necesarios para destituirlo.Castillo, antiguo profesor y campesino criado en una familia pobre de los Andes rurales de Perú, llegó al poder el año pasado.
Aunque su elección asustó a los inversores, Castillo ha moderado su postura desde entonces, manteniendo a los tecnócratas en el ministerio de finanzas. Sin embargo, ha atravesado muchas crisis, incluyendo la supervivencia a dos intentos de destitución y la reorganización de su gabinete en varias ocasiones.
También está sometido a seis investigaciones penales distintas, entre otras cosas, por obstrucción a la justicia en el despido de un ministro del Interior. Los legisladores de la oposición han dicho que les gustaría lanzar un tercer intento de destitución, pero reconocen que no tienen los votos necesarios para destituirlo.
Te puede interesar: Perú: Pedro Castillo enfrenta un nuevo episodio de bajos índices de aprobación