De cara a las próximas elecciones generales de 2 de octubre, Brasil es testigo del lanzamiento de las campañas de los dos principales candidatos de la contienda en los comicios: por un lado, el actual mandatario Jair Bolsonaro. Por el otro, el expresidente Luiz Inácio Lula Da Silva.
Un último sondeo que divulgó la consultora Ipec, marca chances de que el actual mandatario caiga en primera vuelta ante Lula Da Silva. Analistas identifican esto como el puntapié para Bolsonaro para apuntar a captar el voto de los sectores sociales más costumbristas y marginados de la agenda.
Bolsonaro dio por iniciada su campaña en Mina Gerais: allí, durante la campaña presidencial del 2018, fue acuchillado. Respecto a aquel evento, el dirigente categorizó la experiencia como algo que lo hizo “renacer”. Busca ganar tiempo para engrosar su alicaído caudal electoral.
Lula, por su parte, dio el saque inicial de su campaña a los pies de una fábrica ubicada en Sao Bernardo do Campo, Sao Pablo, reivindicando sus orígenes sindicales y con un discurso fuertemente crítico hacia Bolsonaro, el cual no se quedó atrás en intentar rebajar a Lula apuntando a achicar la ventaja entre ambos.
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Veo que, al igual que los argentinos, los brasileños están dispuestos a repetir los errores cometidos del pasado…