Recientemente, la central Atucha I anunció que una nueva instalación de almacenamiento de combustible seco, construida por una cadena de suministro argentina, almacenará elementos combustibles que el reactor de agua pesada (PHWR, por sus siglas en inglés) utilizó durante sus 48 años de operación. La central ubicada a 100 kilómetros de Buenos Aires genera electricidad desde 1976, donde estos elementos utilizados por la unidad 1 de la misma se han almacenado siempre dentro del edificio del reactor, motivo por el cual se optó por tomar esta decisión de aumentar el espacio de almacenamiento mientras que la unidad se renueva, buscando aumentar su vida útil.
Es normal que este tipo de reactores se sometan a renovación, y Nucleoeléctrica SA (propietaria de la planta) estima que este trabajo se realice entre 2024 y 2026 para poner nuevamente el reactor en funcionamiento por otros 20 años de servicio. El pasado 27 de agosto se iniciaron las operaciones de transferencia de elementos combustibles usados, y se gastaron aproximadamente unos 6.000 millones de pesos en la instalación de almacenamiento en seco.
Las empresas argentinas encargadas de este nuevo hito fueron Consulper, que completó la construcción civil, RAFA, que realizó el montaje electromagnético, UZWIL, que completó sus estructuras metálicas, y Tecniark, que diseñó los paneles de almacenamiento. También fueron acreditadas Alsintec, por la ingeniería y control de procesos, Fuego Red, por el sistema contra incendios, SECIN, para la fabricación del contenedor que traslada los elementos combustibles, y Conuar, para el montaje de componentes de silos.
Según Nucleoeléctrica Argentina, la instalación “marca un nuevo hito para la compañía y consolida su capacidad para llevar a cabo proyectos de ingeniería complejos”, así como también “posiciona a la industria nuclear argentina como un motor de innovación y desarrollo de las capacidades científicas y tecnológicas del país”.
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