Como pudo trascender en los últimos días, Argentina está preparando el camino para las obras del Canal Magdalena. Este se va a transformar en nuevo acceso para los barcos que entren o salgan del Río de la Plata y de la hidrovia Paraná-Paraguay, la ruta que conecta cinco países de Sudamérica y por la que se mueve el 75% del comercio exterior argentino.
La ruta de Magdalena se construiría modificando un canal natural del Río de la Plata que corre paralelo a las costas de Buenos Aires. El canal se encuentra en aguas argentinas y está alineado con la dirección de las corrientes del río a lo largo de 56 kilómetros en dirección sureste. El coste del dragado para llevarlo a 11 metros de profundidad y 150 metros de anchura, así como los costes de señalización y mantenimiento, se estima entre 300 y 500 millones de dólares.
Valor estratégico
Entre los principales beneficios que destaca se encuentran la mejora de los tiempos de navegación, la reducción de los costes de los servicios de navegación nacionales, el aumento de los ingresos por servicios que actualmente son prestados exclusivamente por Uruguay y la mejora de la conectividad fluvial y marítima. El canal daría mayor autonomía a Argentina en su comercio exterior, ya que los envíos ya no tendrían que pasar por aguas jurisdiccionales uruguayas.
El proyecto ya se encuentra estipulado en el presupuesto 2023, por lo que ahora solo resta la aprobación legislativa y el pedido de licitación para el inicio de las obras.
Habiéndose completado el proyecto, realizados todos los estudios correspondientes, obtenidas las aprobaciones, celebrada la audiencia pública que ordenaba la Ley General de Ambiente, y el proyecto se encuentra en estado de ser licitado.
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