Pese al poco respaldo con el que cuenta el presidente venezolano Nicolás Maduro (donde solo 20 países lo reconocen, entre ellos Rusia, China, Irán y Cuba), Venezuela ha mantenido relaciones comerciales con sus socios, en donde el petróleo se posiciona como el producto estrella de exportación. Siendo uno de los países exportadores de petróleo más grande del mundo, septiembre fue un mes esperanzador para el régimen de Maduro, ya que se espera que las mismas aumenten en países como China o dentro de Europa.
Venezuela acarrea con múltiples sanciones impuestas por Occidente y países latinoamericanos, puntualmente limitando sus exportaciones de petróleo. Y aunque la actual situación social y económica del país no mejora, se ha demostrado una mejora en las exportaciones de petróleo en comparación con agosto de 2021, una señal positiva para la seguridad energética del país para los próximos meses, según un informe de Reuters.
Un claro ejemplo son los números de julio y agosto de este año. En julio, la producción ascendió a 629 barriles por día, mientras que en agosto las empresas petroleras privadas y estatales produjeron 723.000 barriles de petróleo por día, demostrando así un aumento del 37%. Podría decirse que este crecimiento en las exportaciones se debe a factores externos, como la necesidad de importar petróleo desde otro país que no sea Rusia (como le sucede a naciones europeas). Sin embargo, la energía no es algo a lo que la sociedad venezolana está acostumbrada ni considera una prioridad debido a los cortes temporales. El público venezolano no usa la electricidad tanto como las personas en los Estados Unidos o Europa Occidental, algo aún más preocupante.
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