Como todos los países del mundo, el gigante asiático no escapa a las consecuencias que comienzan a vislumbrarse producto del cambio climático. En este sentido, la escasez de agua se está convirtiendo en uno de los problemas principales que hoy deben enfrentar los países con mayor urgencia, ya que se observó como en los últimos 20 años las sequías crecieron casi un 30% a nivel mundial a raíz de que el cambio climático hace que se vuelvan cada vez más extremos los fenómenos meteorológicos.
Particularmente China, es una de las principales potencias a la que esta problemática atraviesa de manera preocupante. El calor y la sequía registró niveles récord históricos en el país asiático, el verano lleva más de dos meses con una ola de calor que registra temperaturas de más de 45ºC junto con una fuerte sequía que afecta al norte y centro del país, las dos zonas con más reservas de agua disponible.
Si bien los problemas de escasez de agua son de larga data en China, hoy esto supone ser un riesgo de mayor preeminencia para atender ya que cuenta con reservas limitadas de agua subterránea que actualmente se encuentran ya sobreexplotadas. Entonces, administrar su capital natural y sortear su “vulnerabilidad ambiental” son los dos grandes desafíos que enfrenta el país.
¿Qué se está haciendo al respecto?
Concretamente, para encontrar posibles soluciones a estos problemas, el país asiático está poniendo en práctica el uso de la tecnología como la siembra de nubes, transferencia de agua y el uso de eventos transgénicos. Lo que más se está buscando desarrollar es la siembra de nubes, que consiste en provocar lluvia artificial mediante bengalas de yoduro de plata que son disparadas a la atmósfera a través de aviones y cohetes. Se estima que gracias a este procedimiento aumenten las precipitaciones de agua en un 20% para el invierno, logrando anticiparse y mediante la logística de la construcción lograr almacenar esas cantidades de agua. Otro de los procedimientos, que aún se encuentran en fase de prueba y que puede implicar un riesgo de sequía para ambas zonas, es trasladar agua desde las regiones de mayor almacenamiento y disponibilidad hacia aquellas que carecen.
Se espera que todas estas intervenciones pueden contribuir de cierta manera a mejorar la situación de China en su batalla con la sequía en particular. Sin embargo, el fenómeno del cambio climático que se convirtió en una amenaza cada vez más grande para las condiciones de vida de los seres humanos y su entorno, es un problema estructural que todos los países, no solo China, deben abordar con compromiso y urgencia.
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