Tan solo a tres semanas de las elecciones legislativas en la mitad de su mandato, el presidente Joe Biden, anunció este miércoles desde la Casa Blanca que liberara 15 millones de barriles de petróleo de las reservas estratégicas de Estados Unidos en un intento por bajar los precios en alza del petróleo y así contener la inflación, preocupación principal entre los votantes.
La medida viene a raíz de una suba en los precios de la gasolina desde mediados de septiembre y la decisión unánime por parte de la OPEP, animada por Arabia Saudita, de recortar la producción de petróleo a 2 millones de barriles diarios. Forma parte del último tramo de un plan anunciado en marzo, que consiste en liberar un total de 180 millones de barriles, y que podrían ser más en invierno si el precio no cede.
A esto se le suma el aumento de precios por encima del 8% interanual, un fenómeno que no se observaba desde hace más de 40 años en Estados Unidos. En particular, el aumento de la gasolina fue el disparador para el creciente malestar generalizado entre los ciudadanos norteamericanos ya que están acostumbrados a pagar precios muy bajos. Las últimas encuestas arrojaron que, para el electorado, la economía junto con la suba cada vez más creciente de precios se consideran el motivo principal de preocupación.
Medidas en el corto plazo
Frente a esto, Biden espera que la venta de los 15 millones de barriles pueda bajar los precios del petróleo, que en su opinión “están bajando , pero no lo suficientemente rápido”, y de esta manera contener la inflación creciente que está atravesando Estados Unidos. Tampoco descarta la posibilidad de limitar temporalmente la exportación de crudo para aumentar la oferta nacional y así reducir su precio, desde el gobierno afirmaron que “todas las opciones están sobre la mesa”. La prioridad está puesta en devolver a los norteamericanos un precio razonable, y así, poder darles un respiro.
Apalear estas cuestiones, que revisten carácter de primordiales, se torna también un desafío a resolver en contrarreloj por la administración de Biden si desean obtener resultados satisfactorios en el congreso de cara a las elecciones. Ya que, según las encuestas, los demócratas tienen casi perdido el control de la Cámara de representantes, mientras que el Senado se encuentra en el aire y depende de la buena elección que se lleve adelante en un puñado de Estados claves, quedando solamente 3 semanas.
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