Un informe recientemente publicado por la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito (UNODC), afirma que Colombia rompió sus propios récords de cultivo de hoja coca y cocaína con más de 200.000 hectáreas en todo su territorio. Las hectáreas sembradas de 143.000 a 200.000 toneladas a finales de 2021, registrando las mayores cifras desde que la ONU comenzó con el monitoreo de cultivos ilícitos en el mundo (SIMCI). Y las toneladas de droga alcanzaron un máximo de 1400.
El país andino, considerado como el mayor productor de coca del mundo, logró frenar desde el 2018 el aumento de las zonas dedicadas a este producto, que es la base para la elaboración de la cocaína. Sin embargo, el informe de la UNODC afirma que estamos frente a la consolidación de una tendencia alcista, y que lejos de los esfuerzos de hace 4 años, la producción y distribución tanto de hoja de coca como de cocaína se expandirá aún más.
Nestor Ozuna, Ministro de Justicia de Colombia, dijo que las cifras representan una clara evidencia “del fracaso de la guerra contra las drogas”. A su vez afirmó que “si continuamos con lo mismo que hemos venido haciendo en los últimos 10 o 20 años, el resultado no va a cambiar”, haciendo referencia a que el acuerdo de paz entre el gobierno colombiano y las FARC, firmado a finales del año 1026, marca la ruta para una política de sustitución de cultivos.
En este sentido, también compartió que el informe fue un llamado de atención para el gobierno que ya viene trabajando en una política de drogas, y que por el momento, no incluye una legalización de la cocaína. Que la cuestión de las drogas y su regulación es una tema delicado que requiere el trabajo y compromiso de forma integral no solo entre el gobierno central con los gobiernos locales de Colombia, sino también entre los países del mundo en conjunto con las organizaciones internacionales.
Desde el gobierno del presidente colombiano, Gustavo Petro, afirmaron que se ha planteado una amnistía para aquellos narcotraficantes dispuestos a entregarse y abandonar el comercio. En el marco de un nuevo enfoque para abordar este tema, también se ha propuesto proceder con la compra de aquellas tierras cultivables para luego distribuirlas entre los pequeños agricultores, y que así, se ganen la vida con actividades legales fuera de la coerción de las bandas narcotraficantes que dependen para vivir.
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