El pasado martes 8 de noviembre culminaron las elecciones de medio término en los Estados Unidos, conocidas popularmente como Midterms. En las mismas, se renovaron la totalidad de los 435 miembros de la Cámara de Representantes, así como 35 de las 100 bancas del Senado nacional.
Asimismo, se votaron gobernadores en 36 de los 50 Estados del país, sumado a numerosas elecciones y referéndums que se celebraron a nivel local y estatal a lo largo y a lo ancho del país.
Pese a las expectativas, la pronosticada “Ola Roja” no se produjo: el Partido Republicano consiguió una muy ajustada mayoría en la Cámara de Representantes y no logró reconquistar el Senado. De esta manera, la oposición republicana no capitalizó el contexto de elevada inflación y alta desaprobación del gobierno de Joe Biden.
La Cámara de Representantes
En el análisis específico, la oposición republicana ha cumplido su objetivo de mínima al recuperar el control de la Cámara Baja, pero ha quedado muy lejos de sus propias expectativas y la de los encuestadores de imponerse con contundencia.
Los republicanos han arañado una mayoría operativa en torno a los 220 diputados. No obstante, los estimados a nivel nacional muestran que se impusieron por unos cuatro puntos en el voto popular, lo que les da impulso para retornar a la Casa Blanca en 2024.
Ahora, los republicanos cuentan con dos opciones: envalentonarse e impulsar un bloqueo constante a la administración Biden, u optar por un sendero moderado de negociación para mantener el apoyo de los votantes independientes hacia las presidenciales de 2024. Esta última opción parece ser la más sabia en el largo plazo, aunque la presión de los sectores más conservadores es de esperar que presione para una radicalización.
En breve se esperan las elecciones para elegir al Presidente (Speaker) de la Cámara, quien es es elegido típicamente cuando un candidato gana una mayoría absoluta de los miembros del cuerpo (218), aunque si no todos los miembros de la Cámara asisten a la votación, puede hacerse de la presidencia del cuerpo con un menor número de votos.
Todo indica que Kevin McCarthy, líder de los republicanos en la Cámara durante los últimos años, será elegido Speaker. Sin embargo, dado lo ajustado de la mayoría republicana, McCarthy necesitará casi todos los votos de los 31 diputados que no lo eligieron en la reciente elección interna dentro del partido, dado que ningún demócrata lo elegirá como Speaker.
Lo cierto es que Nancy Pelosi, quien fuera la cara demócrata en la Cámara durante las últimas dos décadas, decidió no buscar un puesto de liderazgo tras los resultados electorales para este nuevo ciclo congresional. Análoga decisión tomó su número dos, Steny Hoyer, abriendo el paso a una nueva generación.
El Senado
En la Cámara Alta finalmente los demócratas se impusieron por escaso margen, al ganar uno de los escaños cruciales en disputa en Pennsylvania, y retener escaños clave en Nevada, Arizona y Colorado.
El control demócrata del Senado fue sellado luego de que Catherine Cortez Masto ganara por escaso margen la reelección en Nevada, con un apoyo mayor al esperado por parte de los votantes que sufragaron por correo de manera anticipada.
De esta manera los demócratas consiguieron detener la pronosticada “ola roja” mediante la cual los republicanos aspiraban ganar el control del Senado de forma categórica. Si bien las encuestas consideraban dentro del margen de error este resultado, las urnas demostraron un apoyo superior a lo esperado para el oficialismo.
El pase de facturas dentro del Partido Republicano tuvo como principal destinatario a Trump, quien fue cuestionado por apoyar a figuras demasiado extremistas o a celebridades, como el Dr. Mehmet Oz, quien perdió en Pennsylvania.
El control demócrata del Senado permitirá al oficialismo controlar los estratégicos comités de este cuerpo, confirmar nombramientos para el gobierno federal, ratificar pliegos de jueces para las cortes federales y si llegase a quedar vacante un puesto en la Corte Suprema de Justicia, elegir a su reemplazo aún sin apoyo republicano.
Queda pendiente la segunda vuelta para el escaño correspondiente a Georgia, donde los demócratas aspiran a aumentar su ajustada mayoría apostando al triunfo de Raphael Warnock, mientras los republicanos buscarán imponer a Herschel Walker, cercano aliado de Trump. Dicha elección se definirá el 5 de diciembre.
Las gobernaciones
Aquí también los demócratas obtuvieron mejores cómputos que lo establecido por las encuestas, imponiéndose en varios Estados clave como Arizona, Wisconsin o Kansas, aunque los republicanos obtuvieron dos buenas noticias: Joe Lombardo derrotó en Nevada por estrecho margen al demócrata Steve Sisolak que iba por su reelección; mientras Ron DeSantis arrasó en Florida por casi 20 puntos.
Un hecho relevante es que a partir del resultado de estas elecciones una cantidad récord de mujeres gobernarán, siendo 12 Estados en total. Aunque creciente, este número se encuentra aún lejos de equipararse con aquellos Estados gobernados por hombres, que totalizarán 38 en su conjunto.
En el particular caso de Florida, los votantes favorecieron por amplio margen a los republicanos, de manera opuesta al electorado nacional, manteniendo una tendencia iniciada en el gobierno de Donald Trump. Inclusive DeSantis y el senador republicano reelecto Marco Rubio se impusieron cómodamente en regiones tradicionalmente demócratas como los condados correspondientes a las ciudades de Miami y Tampa.
Florida, siendo el tercer Estado más poblado con más de 22 millones de habitantes, está inclusive dejando de ser considerado un Estado pendular para ser catalogado como un Estado conservador similar a Texas, lo cual no sólo favorece las chances republicanas de ganar sus 28 votos electorales sino también de concentrar financiamiento para la campaña presidencial de 2024.
DeSantis, quien tendrá súper mayorías en ambas cámaras de la legislatura de Florida, podrá concentrarse en construir su perfil nacional, ya que es ampliamente catalogado como el principal rival de Donald Trump en las elecciones internas del Partido Republicano en 2024.
Comentarios finales
Los analistas coinciden en resaltar que la presencia de candidatos ultraconservadores, muchos de ellos alineados a Trump, pero que repelían a quienes buscaban el centro político, fue un factor determinante para el relativamente buen desempeño de los demócratas.
Asimismo, la energización de los votantes favorables al aborto frente a la conmocionante decisión de la Corte Suprema que en junio revirtió una sentencia que garantizaba el aborto como un derecho a nivel federal y a la presencia de candidatos que rechazaron o pusieron en duda los resultados de las elecciones de 2020 favoreció al oficialismo y explican el resultado final.
Lo cierto es que el anuncio temprano del inicio de la campaña presidencial de Donald Trump ha generado ruido entre las filas republicanas, tanto entre quienes consideran que su otrora popularidad quedó atrás con el resultado de las midterms como aquellos que buscan una opción más moderada que pueda atraer al votante mediano para garantizar una victoria del Partido Republicano en 2024.
El principal contendiente de Trump dentro de los republicanos es Ron DeSantis, quien fuera cercano aliado del magnate pero en los últimos meses lo ha cuestionado con dureza. Si bien su perfil hace algunos años no distaba demasiado del populismo de derecha trumpista, últimamente ha combinado facetas más moderadas y transversales en su perfil ideológico que lleva al establishment a considerarlo como un salvavidas para evitar el retorno de Trump.
En el ala demócrata, Biden parece, pese a su avanzada edad y errores cometidos en su mandato, decidido a ir por la reelección en 2024, luego de que los resultados de las Midterm fueran los más favorables para el partido del Presidente en ejercicio en 20 años, en lugar de la “Ola Roja” que se esperaba.
No obstante, el ala más progresista del partido, e incluso miembros del establishment, resisten esta idea. Consideran que la edad de Biden y su baja popularidad no le permitirán ganar en 2024. Potenciales candidatos son la Vicepresidenta Kamala Harris, el Ministro de Transporte Pete Buttigieg, la Gobernadora reelecta del Estado de Michigan, Gretchen Whitmer, y las senadoras nacionales Amy Klobuchar y Elizabeth Warren.
Lo cierto es que faltan dos años, pero la cuenta regresiva para las elecciones de 2024 ya se puso en marcha, y el reloj avanza raudamente.
Te puede interesar: Elecciones en Estados Unidos: el conteo final por el control del Congreso