El pasado lunes, entró en vigor un tope de precios establecido por el Grupo de los Siete (G7) y una prohibición total de la Unión Europea (UE) sobre el petróleo ruso, con el objetivo principal de que Rusia pierda de a poco capacidades para seguir financiando la guerra con Ucrania. El G7, la UE y Australia acordaron fijar un límite al precio del petróleo ruso en 60 dólares por barril, buscando reducir la dependencia del hidrocarburo ruso y tratando de reemplazar un millón de barriles de crudo para febrero. 

Asimismo, la prohibición sobre el petróleo de Rusia abarca más de dos tercios de las importaciones que ya ingresan a la UE, aunque el embargo aplica a los operadores que aseguran y financian barcos que transportan petróleo crudo ruso en todo el mundo, pero no a las importaciones que entran al bloque a través de oleoductos. Por ejemplo, el oleoducto Druzhba suministra a múltiples países de Europa Central y Oriental, donde muchos de ellos se han comprometido a eliminar por completo estas importaciones para fines de este año (como Alemania, Polonia y Austria). Sin embargo, países como Hungría, República Checa, Eslovaquia y Bulgaria todavía dependen en gran medida de los oleoductos rusos, por lo que se les permitirá continuar con las importaciones temporalmente hasta encontrar otras alternativas. 

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En este contexto, alrededor del 10 por ciento de las importaciones de petróleo provenientes del oleoducto de Druzhba continuarán temporalmente. Sin embargo, la prohibición impide que los operadores de la UE aseguren o financien el transporte a terceros países, y para muchos esto dificultará la exportación de petróleo ruso a otros países, no solo a Europa. Además, profundizará el aumento de la demanda y aumentará el precio del mismo. 

Por el momento, el portavoz del Kremlin Dmitry Peskov declaró que Rusia no aceptaría el precio máximo anunciado recientemente y que analizaría la situación antes de ejercer una respuesta específica. En sus redes sociales, declaró que “a partir de este año, Europa vivirá sin petróleo ruso. Moscú ya ha dejado claro que no suministrará petróleo a aquellos países que apoyen los topes de precio antimercado. Muy pronto la UE acusará a Rusia de usar el petróleo como arma”. 

Asimismo, esto afectará a países terceros como India, China y Turquía que no fueron los creadores de estas nuevas reglas, pero que sí dependen del petróleo y, en muchas ocasiones, de la exportación de la UE. En todo caso, muchos podrán encontrar otros proveedores u obtener reembolsos, pero el mercado puede verse distorsionado per se. La OPEP acordó reunirse para poder garantizar la estabilidad económica y financiera del mercado y discutir estas reglas. 

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Redacción
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