Este viernes, el gobierno de Japón ha anunciado de manera oficial que aprobó un plan que cambiará la política de defensa significativamente, con el objetivo de rearmar a la nación y obtener capacidad de ataque frente a una agresión por parte de otros países. Esta medida es vista como un paso importante y bisagra en la historia japonesa, ya que busca cambiar la política militar del país y aumentar su capacidad defensiva – no de ataque – luego de más de siete décadas, en un “desafío estratégico sin precedentes” desde que se desmilitarizó posterior a la Segunda Guerra Mundial.
Japón durante años evitó tener capacidades militares de defensa o ataque para no violar la constitución de posguerra del país, en la cual se renuncia formalmente al derecho y los medios para provocar una guerra o un ataque bélico a otros país, como así también evitar una provocación a sus vecinos fronterizos. Sin embargo, a medida que la relación bilateral de Japón con China se deteriora, y aumentan las amenazas percibidas del gigante asiático, el gobierno japonés decidió, durante la jornada de este viernes, dar luz verde a las propuestas que vienen debatiéndose desde hace décadas.
En el marco de una conferencia de prensa posterior a la publicación de los documentos oficiales que mencionan la decisión de implementar dicha medida, el Primer Ministro japonés, Fumio Kishida, argumentó que Japón debe alcanzar el ritmo de los avances que poseen las demás naciones en materia de tecnología de misiles. Afirmó:”En un entorno tan severo, la capacidad de contraataque, que puede disuadir un ataque u obligar a un enemigo a detener uno, es una capacidad que se volverá cada vez más vital”.
Por su parte, Estados Unidos – que intentó durante años persuadir a Japón de asumir más responsabilidad en lo que refiere a su propia defensa – destacó mediante un comunicado oficial, que fue transmitido por el asesor de seguridad nacional norteamericano, Jake Sullivan, que el cambio efectuado por dicho país es “un paso audaz e histórico para fortalecer y defender el Indo-Pacífico libre y abierto”.
Amenazas latentes percibidas
En este sentido, la política se desarrolla en tres documentos de estrategia de seguridad nacional, en el cual también se solicita rever el gasto militar en defensa que implica llevar adelante un aumento de aproximadamente el 2% del producto interno bruto para el año 2027, después de décadas de tener un tope de tan solo el 1%. Unas recientes encuestas arrojaron que la mayoría de los japoneses ahora están de acuerdo en que el país necesita tener capacidad de ataque.
El gasto se destinaría a importar misiles provenientes de Estados Unidos, como los misiles de crucero Tomahawk, los cuales poseen capacidad de llegar hasta Corea del Norte y algunas partes de China. Asimismo Japón también planea comenzar a desarrollar sus propias armas, que incluyen aviones de combate avanzados, misiles hipersónicos, drones armados, entre otros .
Si bien el cambio en la política militar y de defensa de Japón ha sido alentado desde hace décadas por el aliado principal del país, Estados Unidos, existen una serie de otros peligros que apoyan la explicación del por qué de esta decisión. Entre los principales se encuentran las amenazas percibidas respecto a los movimientos de China, en cuanto a su acumulación militar y las tensiones de conflicto latente con Taiwán, que de concretarse el conflicto, llevaría a un enfrentamiento militar y posiblemente nuclear que afecte a toda la región asiática.
Por otra parte también es posible mencionar el arsenal nuclear y de misiles en expansión que viene desarrollando desde hace años Corea del Norte, junto con las diversas pruebas militares que las fuerzas armadas han realizado en el mar muy cerca de las fronteras terrestres de Japón. Y que, sumado a la invasión de Rusia a Ucrania, vuelven a la región como un escenario particular, en el que la posibilidad de conflictos bélicos está latente.
Fuente: NPR noticias.
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