Recientemente, se dio a conocer que el gobierno chino volvió a presionar a Argentina para aprobar la construcción de una base naval en Ushuaia, provincia de Tierra del Fuego, lo que puede entenderse como la posibilidad que le permitirá a Beijing una puerta de entrada a la Antártida. En este sentido, la base militar permitiría a China controlar el paso entre los océanos Atlántico y Pacífico, y a su vez, monitorear las comunicaciones en todo el hemisferio, “lo que equivaldría a una clara y masiva injerencia del país asiático en los asuntos internacionales” afirmó el sitio de noticias francés, Intelligence Online.

El mismo también informó que Shuiping Tu, un funcionario del Partido Comunista Chino (PCCh) con sede en Argentina y representante de la empresa estatal HydroChina Corp en América del Sur, es quien se encuentra liderando las negociaciones. Además agregó que, Shuiping Tu, persuadió al gobernador de Tierra del Fuego, Gustavo Melella, para que cambiara su posición sobre la inversión china en la provincia.

Militares de la Armada Argentina saludan en la Base Naval Integral, en Ushuaia, Tierra del Fuego, el 4 de marzo de 2022. (Foto: Ministerio de Defensa de Argentina).
Vía: Diálogo Américas.

En línea a esto, Alberto Rojas, director del Observatorio de Asuntos Internacionales de la Universidad Finis Terrae de Chile, añadió que: “Una posible base china en Ushuaia permitiría a Beijing tener un enclave permanente en el Hemisferio Sur, con proyección hacia el Atlántico Sur que, dependiendo de las condiciones negociadas con Argentina, podría permitir la construcción de instalaciones, así como la presencia de unidades navales y contingentes militares en este cuadrante”, y continuó, “China podría interceptar todo tipo de comunicaciones regionales con un claro impacto económico y estratégico, además a ganar el potencial para mantener un monitoreo permanente del tránsito marítimo”.

En el contexto geopolítico actual, la presencia de una base china en América del Sur podría interpretarse como un importante movimiento estratégico de Beijing. Segun sostuvo Rojas, “el proyecto Belt and Road [BRI] anunciado por China en 2013 busca tener una proyección clara hacia esta zona del continente”, y agregó, “y si esta base en Ushuaia se materializa, podría convertirse en la primera de muchas otras, tanto en las costas atlánticas y pacíficas como en la zona andina”.

El BRI fue promocionado como una “estrategia de desarrollo de infraestructura global y cooperación internacional que permitiría la participación de China en el financiamiento y la construcción de infraestructura, para construir también una amplia comunidad de intereses compartidos en Asia, África y América Latina. Sin embargo, en realidad busca aumentar el dominio y control chino sobre los países en desarrollo” finalizó Alberto Rojas

Un estudio realizado por AidData, un laboratorio de investigación del Instituto de Investigación Global del Colegio de William & Mary en Virginia, que analizó una muestra de 13.427 proyectos respaldados por China en 165 países durante 18 años, por un valor total de USD $843 mil millones, dejó entrever las intenciones geopolíticas de Beijing. El estudio arrojó que un número creciente de proyectos respaldados por China han sido suspendidos o cancelados desde el lanzamiento del BRI, con evidencia de lo que sería “remordimiento del comprador” en países como Kazajstán, Costa Rica y Camerún por preocupaciones sobre corrupción, contaminación ambiental y protestas públicas. .

“Un número creciente de legisladores en países de bajos y medianos ingresos están suspendiendo los proyectos BRI de alto perfil debido a los precios excesivos, la corrupción y las preocupaciones sobre la sostenibilidad de la deuda”, afirmó al medio Reuters, Brad Parks, uno de los autores del estudio de AidData. A su vez sostuvo que “los cambios importantes en el sentimiento público dificultan que los países participantes mantengan relaciones cercanas con Beijing”.

Actualmente, China posee en su control tres enclaves operativos en el extranjero, el más conocido es Djibouti en África Oriental, que nació de los esfuerzos para frenar los ataques de los piratas somalíes contra los buques de carga que se desplazan por el Golfo de Adén. Esto le da a China una presencia estratégica y permanente en la ruta que conecta el Mar Rojo con el Océano Índico.

“También está la base naval de Ream, en Camboya, donde China tiene una importante proyección en la zona del Sudeste Asiático, y un alto grado de autonomía tanto en la base como en su entorno, hasta el punto de que ya ha construido un nuevo puerto” agregó Rojas. “Y está la base en Tayikistán, en construcción en la región autónoma de Gorno-Badakhshan, que comparte fronteras con China y Afganistán, con la que Pekín busca reforzar su presencia en Asia Central. A ellos se suma la estación espacial que China tiene en Neuquén, Argentina” finalizó el director del Observatorio de Asuntos Internacionales de la Universidad Finis Terrae. 

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Redacción
Equipo de redacción de Escenario Mundial. Contacto: info@escenariointernacional.com

5 COMENTARIOS

  1. El puerto que va a construirse en Tierra del Fuego con capitales chinos es un puerto civil. La misma publicación así lo insinúa cuando menciona la negociación entre la empresa china y el gobernador Melella.
    La base naval, en cambio, es un proyecto financiado 100% con capitales nacionales que tiene como fin mejorar la logística de las operaciones argentinas en Antártida.
    La tendencia a mezclar ambas cosas, el puerto y la base, en una sola noticia no es casualidad. Responde a campañas británicas de desinformación que buscan criminalizar a nuestro país al presentarlo ante “Occidente” como país aliado de China.
    Si Gran Bretaña logra instalar la idea de que Argentina pretende facilitar la presencia China en el Atlántico Sur entonces podrá justificar ante sus aliados de la OTAN su presencia en Malvinas como necesaria para contener el avance chino.
    Finalmente, una cosa es ser socio de China otra aliado, y Argentina por ahora es lo primero pero no lo segundo. De hecho, en los papeles Argentina es aliado extra OTAN de Estados Unidos desde 1998.

  2. “lo que equivaldría a una clara y masiva injerencia del país asiático en los asuntos internacionales”…
    Y que es lo que hacen los demás países con bases militares extranjeras? Velar por la libertad internacional? Jajajaja…

  3. En Malvinas ya hay una base militar de una potencia totalmente ajena nuestra región, con ambiciones sobre territorio antártico argentino y que pone en serio riesgo nuestra seguridad (violando nuestro espacio aéreo y marítimo) y nuestra economía (por ejemplo otorgando patentes para el saqueo nuestros recursos icticolas y de hidrocarburos) , se ve que al experto de la universidad chilena no le preocupa en lo mas minimo esa realidad concreta.

  4. Alex86, tu punto tiene bastante fundamento, pero ya China consiguió una base satelital en nuestro territorio, que solo tiene acceso chino, una clara violación a nuestra soberanía. Los chinos, de instalarse en Tierra del Fuego, no estarán allí para nuestro beneficio. Este será, probablemente, uno de los costos de obtener financiación de los chinos, los famosos swamp. No me gustan las correas de perro, sean del color que sea. No me gustaría tener a la armada china en nuestro territorio, ni a ninguna marina extranjera. Veremos qué poder de decisión tiene nuestro gobierno para no permitir este atropello a nuestra soberanía.

  5. La entrega del gobierno “soberano” queda clara. Les preocupa la compra de tierras de Benetton o las vacunas de Pfizer, pero no que haya una base del Ejército Popular Chino (De quien depende la base, no es una presunción está así en los acuerdos) y que nos saqueen el mar con pesca ilegal (Nada de eso se negoció, el swap es un verso, nunca sirvió) y ahora le vamos a dar un puerto. A ver si eso no es entregar la soberanía hay que redefinir el concepto.

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