Recientemente, el medio de noticias francés, Intelligence Online, presentó un informe en el que se revela que el representante del Partido Comunista Chino (PCCh) en Argentina, logró un avance significativo en noviembre de 2022. En lo que representa la creciente expansión de China a través de los océanos, lo que le daría más presencia y control a nivel internacional.
Dicho informe pone de manifiesto que el avance, logrado través de varias negociaciones con funcionarios locales en la provincia de Tierra del Fuego, apunta a la construcción de una nueva base naval que permitiría a la Armada del Ejército Popular de Liberación (PLAN) ejercer el control sobre un paso crucial entre los océanos Atlántico y Pacífico. Las implicancias del desarrollo de este proyecto son de gran alcance y han generado preocupación entre los expertos militares y los funcionarios gubernamentales de todo el mundo.
En este sentido, la posibilidad de que se establezca una base naval china en Ushuaia, Argentina, ha suscitado preocupaciones generalizadas respecto a su posible impacto estratégico en la región. Según los expertos, desde la base propuesta, el personal militar chino podría monitorear las comunicaciones en todo el hemisferio sur, lo que le daría a China la capacidad de interceptar las comunicaciones regionales en lo que representaría un claro impacto económico y estratégico; sumado al hecho de que permitiría un seguimiento permanente del tránsito marítimo en la zona.
La presencia de una base militar china en América del Sur sería además un movimiento geopolítico significativo por parte de Pekín, que le brinda un enclave permanente en el Hemisferio Sur y una proyección hacia el Atlántico Sur. Esto también podría permitir que Beijing construya instalaciones adicionales y despliegue contingentes navales y militares en la región, según dieron a conocer las diversas fuentes periodísticas en base a las condiciones negociadas entre Argentina y el gigante asiatico.
Asimismo, la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI) de la seda China, anunciada por primera vez en el año 2013, también generó preocupación sobre su posible impacto estratégico en el continente. Según expertos, el proyecto es una clara proyección de los intereses chinos en la región y, sumado a la instalación naval propuesta en Ushuaia. podría ser la primera de muchas, tanto en la costa atlántica y pacífica como en la zona andina.
A ello se le suma el embargo de armas impuesto por Reino Unido a Argentina, que tiene data desde la década de 1970, y que continúa obstaculizando los esfuerzos de modernización militar del país sudamericano, lo que lleva a alimentar la búsqueda de socios estratégicos como China e incrementar indirectamente su dominio regional. En este punto, el posible establecimiento de una base naval china en Ushuaia, Argentina, tiene serias implicaciones para el equilibrio de poder en la región, ya que le daría a China un punto de apoyo estratégico en el hemisferio sur, desde el cual podría ejercer control sobre un paso crítico entre los océanos Atlántico y Pacífico.
Asimismo, también podría potencialmente abrir la puerta para una mayor expansión a lo largo de la costa sudamericana, tanto en el lado del Atlántico como en el del Pacífico. Todos estos factores dejan entrever que existe mucho en juego respecto, y que se requerirá del esfuerzo coordinado e integral de todas las naciones involucradas para garantizar la estabilidad y la seguridad regionales si lo que se busca es contraer el poder e influencia china en Latinoamérica.
Fuente: Financial Express.
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