En el día de ayer, la mandataria de Nueva Zelanda anunció que renunciará a su cargo por “no tener la energía necesaria” para su reelección en las elecciones de octubre, por lo que su mandato concluye antes del 7 de febrero. “Para mí ya es hora. Ya no tengo energía para otros cuatro años. Me voy, porque con un papel tan privilegiado viene la responsabilidad. La responsabilidad de saber cuándo eres la persona adecuada para liderar y también cuándo no lo eres”, declaró.
“Sé lo que requiere este trabajo. Y sé que ya no tengo suficiente en el tanque para hacerle justicia. Es así de simple. Soy humana, los políticos son humanos. Damos todo lo que podemos durante el tiempo que podamos. Y entonces es el momento. Y para mí, es el momento”, destacó Ardern, quien sostiene que no existen secretos detrás de su renuncia. Añadió que fueron los cinco años y medio más gratificantes de su vida pese a los múltiples desafíos que tuvo que enfrentar.
Por lo pronto, anunció que las próximas elecciones se llevarán a cabo el próximo 14 de octubre y que, hasta entonces, continuará siendo parte del Parlamento. El contexto electoral es clave para entender la situación de Nueva Zelanda, considerando que las encuestas de los últimos meses colocan al Partido Laborista de Ardern detrás de la oposición, liderada por una coalición de los partidos de centroderecha National y Act. Sin embargo, Ardern se encargó de recalcar nuevamente que ese no es el motivo de su renuncia.
Jacinda, la mandataria más joven del mundo cuando asumió a sus 37 años, declaró que no tiene planes para un futuro inmediato pero que sí espera que el pueblo de Nueva Zelanda la recuerde como “alguien que siempre trató de ser amable”. “Espero dejar a los neozelandeses con la creencia de que pueden ser amables, pero fuertes, empáticos pero decisivos, optimistas pero enfocados. Y que podés ser tu propio tipo de líder, uno que sabe cuándo es el momento de irse”, exclamó.
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