El pasado domingo, Europa decidió imponer una prohibición al combustible diesel ruso y otros productos refinados del petróleo, con el objetivo de reducir la dependencia energética de Moscú y tratar de reducir aún más las ganancias de combustibles fósiles de dicho país como sanción por la invasión ordenada por Vladimir Putin a Ucrania desde hace ya un año.
En este sentido, la prohibición viene acompañada de un tope de precio acordado por el Grupo de las Siete democracias aliadas. La medida apunta además a permitir que el diésel ruso siga llegando a países como China e India, evitando así un aumento repentino de los precios que perjudica de forma directa a los consumidores de todo el mundo, al tiempo que reduce las ganancias que financian el presupuesto y la guerra de Moscú.
Se estableció el límite de precio de $100 por barril para el diesel, y el mismo se hará cumplir prohibiendo que los servicios de seguros y de envío manejen diesel con un precio superior al tope – la mayoría de esas empresas están ubicadas en países occidentales -. Esta medida se suma al tope de $60 por barril para el crudo ruso que entró en vigencia en el mes pasado de diciembre y se supone que funcionará de la misma manera, y se estima que tanto las tapas de diesel como las de aceite podrían ajustarse más adelante también.
En línea a esto, Thomas O’Donnell, miembro global del Centro Wilson con sede en Washington, afirmó: “Una vez que hayamos establecido estos límites de precios, podemos apretar el precio ruso y negarlos, negarle (al presidente Vladimir) Putin dinero para su guerra sin un aumento de precios que perjudiquen a las economías occidentales y las economías en desarrollo”.
Por otra parte, analistas explican que el tope del precio del diesel no tendrá consecuencias de forma inmediata ya que se fijó en lo que se comercializa el diesel ruso, por lo que el principal problema que Rusia deberá sortear ahora es el de encontrar nuevos clientes, no evadir el precio máximo. Sin embargo, el límite tiene como objetivo principal evitar las ganancias rusas debido a aumentos repentinos en los precios de los productos petrolíferos refinados.
De igual manera sostienen que se espera la posibilidad de un aumento de precios inicialmente a medida que los mercados resuelven los cambios. Pero que el embargo no debería causar un aumento de los precios si el tope funciona según lo previsto y el diesel ruso sigue fluyendo hacia otros países.
La prohibición establece un período de gracia de 55 días para el diésel cargado en camiones cisterna antes del domingo, un paso destinado a evitar que los mercados se alteren. En relación a esto, funcionarios de la Unión Europea afirman que los importadores “han tenido tiempo de adaptarse desde que se anunció la prohibición en junio”.
A ello se suma el hecho de que las nuevas sanciones crean incertidumbre respecto a los precios del petróleo a medida que la Unión Europea encuentra nuevos suministros de diésel en socios como Estados Unidos, Medio Oriente e India para reemplazar al tradicional de Rusia – que en un momento llegó a significar el suministro del 10% de las necesidades totales de diésel de Europa -. La búsqueda de nuevos proveedores de gas y petróleo resulta en un costo de transporte mayor para los europeos, ya que implican viajes más largos a diferencia que si se hace desde los puertos de Rusia.
Fuente: AP Noticias.
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