Recientemente se dio a conocer la noticia de que Argentina, Chile, Bolivia y Brasil se encuentran analizando la posibilidad de crear una especie de cartel de litio, con los objetivos de expandir la capacidad de procesamiento del mineral en América del Sur, convertir una mayor parte de su litio extraído en baterías y aprovechar el sector de fabricación de vehículos eléctricos (EV). En un contexto internacional que demanda de manera creciente minerales como el litio para la producción de baterías – clave para los autos eléctricos – y la transición energética.
Cartel de litio en América Latina
En este sentido, este grupo de países tiene el proyecto de recrear esquemas similares como los que poseen la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), en términos de coordinación de flujos de producción, fijación de precios y buenas prácticas, según afirmaron representantes de la delegación argentina en el marco de la Convención anual PDAC, celebrada esta semana en la ciudad de Toronto, Canadá.
Fue en julio del año pasado, cuando Argentina, Chile, Bolivia comenzaron las negociaciones para comenzar a trabajar en este proyecto. Las mismas se dieron durante un encuentro entre los cancilleres de cada país en la Cumbre de Jefes y Jefas de Estado de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) en Buenos Aires.
La creación del mismo viene dado por el boom en la demanda de minerales como el litio para la producción de baterías – clave para los autos eléctricos – y la transición energética. Es por ello que los países con grandes reservas de litio pasaron a estar en el foco de la escena internacional, donde países desarrolladores y multinacionales mineras buscan invertir y desarrollar proyectos de extracción.
Este es el caso de Argentina, Chile y Bolivia, que conforman el llamado “Triángulo del Litio”, una de las reservas mas grandes de litio en el mundo, que cuenta con cerca del 65% de los recursos de dicho mineral, y alcanzó el 29,5% de la producción mundial en el año 2020.
Brasil, un actor clave
En este escenario regional es que busca sumarse un actor clave como Brasil, que si bien el sector del litio en dicho país recién “se está despertando” a la demanda global, tiene la mayor experiencia en lo que refiere a la fabricación de automóviles y se convirtió en un caso de estudio global en movilidad baja en carbono, propulsando automóviles con etanol, biocombustibles y gas natural.
En línea a esto, se estima que con la incorporación de la compañía minera, Sigma Lithium, junto con la apertura de su mina de litio en Grota do Cirilo prevista para el próximo mes abril, el gigante sudamericano tendrá una de las pocas empresas a nivel mundial que ha sido capaz de demostrar su capacidad para la producción de litio de manera ambientalmente sostenible.
El interés compartido de la región en maximizar los beneficios frente a la demanda en alza de baterías, junto con el aumento de los precios, ha reavivado las conversaciones para la cooperación y por qué no la posibilidad de concretar un cartel de litio para América Latina.. En tanto la subsecretaria de Minería de Argentina, Fernanda Ávila, declaró recientemente en una entrevista en PDAC: “Tenemos que prepararnos para lo que viene y ser capaces de adaptarnos, comenzando tal vez con celdas, trabajando hacia la industrialización y llegando a las baterías”.
Te puede interesar: Argentina tendrá la primera planta de baterías de litio de la región