En una reciente entrevista, el embajador argentino en China, Sabino Vaca Narvaja, emitió diversas declaraciones sobre el accionar del gigante asiático y sus futuros proyectos para con la Argentina. Sin embargo, el diplomático aseguró que no quiere dar detalles porque “habrá más cosas” que lo ya conocido (como el impulso de construcciones al estilo represas, ferrocarriles, o también la participación en litio, cobre, BRICS, entre otros; asimismo, anticipó que quiere “que lo capitalice Massa cuando viaje a China”.
Mientras que Vaca Narvaja se encuentra de viaje en Argentina para “empujar presencialmente” estos acuerdos y ultimar detalles, Massa podría visitar el país el próximo 8 de mayo, junto a gobernadores y empresarios. Según explicó el diplomático, “la razón de la gira será firmar el plan de cooperación de la Ruta de la Seda”, considerando que el año pasado se signó el memorándum de entendimiento. Por ahora, le sigue enlistar los proyectos prioritarios y acelerar los desembolsos, retocar los acuerdos, entre otras cuestiones.
Por lo pronto, se espera que uno de los principales temas en la agenda de Massa y su visita a China será la formalización de Argentina en el Nuevo Banco de Desarrollo de los BRICS, ya que según Vaca Narvaja “hay consenso de que nos sumemos a los BRICs ampliados”. Además, declaró que en los próximos meses podrían ponerse a disposición la tercera etapa del swap de monedas con China, estando disponible probablemente unos u$s 2.000 millones nuevos.
Con múltiples factores azotando la economía argentina, como las pocas reservas o la histórica sequía, el gobierno argentino considera que desde China llegará una gran solución (o un gran alivio) promoviendo la entrada de divisas, como continuar con el swap de monedas, avanzar con la Ruta de la Seda, promover las inversiones directas en minerales y en infraestructura, entre otros proyectos.
Además, Vaca Narvaja proyecta que China podría ser el principal socio comercial de Argentina de acá a tres años y que podría crecer casi 6% en 2023, mientras que busca impulsar la apertura de nuevos consulados en China y en Asia en general. “A nosotros nos critican cualquier cosa que hacemos con China, no comprenden que hay que ver a China en términos pragmáticos, como hace Uruguay o Chile, porque podrían ayudarnos a resolver problemas estructurales”, declaró.
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Mientras la balanza comercial con China nos sea deficitaria, mientras solo les vendamos commodityes y nos vendan sus industrias, mientras los chinos sostengan a rajatable el sistema laboral (aún en contra de su legislación oficial) que en la práctica lo denominan 996 (trabajan de horas 9:00 AM a 9:00 PM 6 días a la semana), y ello se refleja en dumping social, difícilmente China sea para nosotros como país un buen cliente o un buen socio. En todo caso se enriquecerán algunos empresarios importadores o industriales ensambladores, pero como políticas desarrollistas es un retroceso. Los norteamericanos lo aprendieron tarde y hoy están sufriendo las consecuencias.