Un grupo de diplomáticos de la Cancillería hizo circular un documento en el cual se enumeran “más de 100 errores del Gobierno en Política Exterior”. De hecho, se trata de 102 errores que ridiculizan la estrategia internacional del presidente y cuyo desenlace parece dar lugar a otra edición.
Entre los “imperdibles” mencionados se encuentra el asilo diplomático que se le proveyó a María de los Ángeles Duarte Pesantes, ex ministra de Rafael Correa, quien fue condenada por corrupción. El asilo se proveyó desde agosto de 2020 hasta su salida de la residencia argentina en secreto en febrero de 2023 para trasladarse a Venezuela. La decisión política resultó en la expulsión del Embajador argentino Gabriel Fuks.
En tercer y cuarto lugar, los errores parecen haber estado ligados con Rusia. La visita de Alberto Fernández a Rusia a principios de febrero se califica como inoportuna y parece burlarse de la propuesta del Presidente al ofrecer que la Argentina se presente como la “puerta de entrada” de Rusia en América Latina. Asimismo, uno de los más graves errores cometidos por el gobierno argentino durante la pandemia fue el hecho de que “se privilegió la ideología y la geopolítica en la compra de vacunas para el COVID, con graves resultados, aplicando la Sputnik sin estar aprobada por la OMS”.
También se ha destacado la actitud de Argentina presidiendo el Consejo de DDHH, donde se abstuvo de votar la continuidad de la Comisión Especial de Ginebra que denuncia las persecuciones políticas ejecutadas por el régimen de Maduro. Al hacerlo, se apartó de su política de Estado en materia de defensa de los derechos humanos para “juzgar situaciones según el clivaje ideológico amigo-enemigo”. En la sección de Latinoamérica también se menciona la acusación a Chile de pretender apropiarse de una parte de su plataforma continental, la retirada del país de las negociaciones del MERCOSUR con Corea del Sur, y la provisión de datos erróneos por parte de Cafiero con respecto a la cantidad de vacunas Pfizer que tenía Chile.
En su relación con el mundo, los errores cometidos por la gestión de Alberto Fernández no parecen ser menores. Con respecto al conflicto bélico que ha afectado al mundo entero, Argentina sostuvo una posición ambigua y demoró su pronunciamiento “pidiendo con tibieza la resolución del conflicto a través del diálogo, sin calificar la acción internacional de Rusia como una invasión”. Con respecto a esto mismo, Argentina no acompañó la suspensión de Rusia en su carácter de observador de la OEA. A su vez, uno de los errores que podrían clasificarse como ridículos fue la confusión de la bandera suiza con la de Dinamarca en la presentación de cartas credenciales del embajador suizo.
Los representantes de Argentina no han cometido errores únicamente frente a otros países del mundo, sino con organismos internacionales. Carlos Raimundi se abstuvo de votar en la OEA contra las violaciones a los DDHH en Venezuela y Nicaragua, al igual que contra Rusia. Poco después, el gobierno salió a explicar el voto argentino por Nicaragua con argumentos polémicos luego de abstenerse en una resolución que pide liberación de presos políticos.
En el artículo se mencionan, a su vez, errores de la militancia en el exterior, de protocolo y de ideologización de la política exterior.
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Los diplomáticos, también se equivocan. El documento no debían hacerlo público, ya que no ayuda al país, debido a la situación política y social que vivimos. El mismo deberían entregárselo al ministro correspondiente o directo al presidente, salvo que también estén jugando políticamente, lo cual ya no me extraña nada en este país. Nadie piensa en la patria, nadie ve el daño que le hacen y con este tipo de actitud, se convierten en cómplices de los enemigos de mi patria. Más allá de que es un tibio nuestro presidente y esto es mi pensamiento, puedo estar equivocado, pero no puedo jugar en contra del país, lo siento como una traición a la patria.