La Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) de la Argentina anunció que se prepara para una nueva misión satelital de “demostración tecnológica” que, en otras palabras, contribuirá a una arquitectura espacial distinta y significará un antes y después para la industria espacial nacional. El proyecto se denomina ALOFT (Autonomous LEO Formation Flying Technology) y busca que, en una arquitectura segmentada, se lleve a cabo el lanzamiento de “enjambres” de pequeños satélites capaces de compartir recursos en órbita y cooperar entre sí, a través de la combinación de la información de sus instrumentos, con tiempos de fabricación y costos más reducidos.
Según declaraciones de involucrados en el proyecto, la CONAE “aspira a situar a nuestro país como un promotor destacado de la nueva tecnología de sistemas satelitales distribuidos en vuelo en formación” en línea “con el Plan Nacional Espacial, y en sintonía con las tendencias globales”. Esta misión está conformada por dos nano satélites llamados Cube-Sats, con los cuales busca experimentar y validar tecnologías de vuelo en formación y comunicación intersatelital. “Estos sistemas responden al concepto de arquitectura segmentada, que permite distribuir entre pequeños satélites, enlazados inalámbricamente, funciones tradicionalmente ejecutadas a bordo de un único satélite monolítico de gran tamaño”, explicó Martín España, parte del proyecto.
En este sentido, ALOFT buscará probar en el espacio diversos conceptos de navegación y control orbitales para el vuelo en formación autónomo, gracias a los dos nanosatélites que forman parte de la tecnología más avanzada disponible comercialmente. Asimismo, estos dos Cube-Sats estarán equipados con micro-propulsores, enlaces de comunicación intersatelital y un receptor GNSS de última generación (multiconstelación y multibanda) diseñado por la Universidad Nacional de La Plata (UNLP). El objetivo principal es que estos sean lanzados de aquí a tres años, a una órbita de entre 500 y 700 kilómetros de altura sobre la Tierra.
Lo novedoso de este proyecto es que las misiones actuales cuentan con satélites monolíticos que pueden conformar una constelación, como los SAOCOM o Starlink, pero no vuelan en formación ni colaboran entre ellos. A diferencia de estos, el nuevo paradigma hará que los satélites no formen parte de constelaciones sino de enjambres, por lo que pueden intercambiar información entre ellos y manteniendo sus posiciones relativas de manera segura pero laxa.
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Este es el camino. Esto es tecnología de punta, que incluso se puede exportar. Esperemos que esta senda no se detenga, que se siga promoviendo la actividad especial del país. Se debería ver la posibilidad del uso dual de esta tecnología, para usarla también en funciones de observación potencialmente militar.