El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, se reunirá esta semana en Pekín con su homólogo chino, Xi Jinping, para hablar de comercio y de la mediación en Ucrania.
Hablarán sobre la guerra en Ucrania”, dijo a la prensa el ministro de Asuntos Exteriores, Mauro Vieira. Lula espera promover su propuesta de conversaciones con mediación para poner fin a la guerra.
Para cuando Lula regrese a su país, se habrá “creado un grupo de países mediadores”, dijo Vieira.
Recuperar el rol perdido
Lula, tiene mucho interés en situar al gigante sudamericano como intermediario, como hizo en su segundo mandato, que terminó en 2010, durante las conversaciones nucleares entre Irán y Estados Unidos.
Sin embargo, su reputación diplomática se resintió el año pasado, cuando fue criticado por afirmar que el presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, era “tan responsable” de la guerra como su homólogo ruso, Vladimir Putin.
También se ha negado a unirse a los países occidentales en el envío de armas a Ucrania para ayudar en su defensa.
Y el jueves, aunque Lula dijo que “Putin no puede quedarse con el territorio ucraniano”, matizó esa afirmación insistiendo en que Zelenskyy “no puede quererlo todo”.
Mal visto por Kiev
También sugirió que Kiev renuncie a su reivindicación sobre Crimea, anexionada por Moscú en 2014, palabras que no hicieron simpatizar a Lula con las autoridades de Ucrania.
“No hay ninguna razón legal, política o moral por la que Ucrania deba renunciar ni a un centímetro de su tierra”, dijo en Twitter el portavoz del Ministerio de Exteriores, Oleg Nikolenko.
“Cualquier esfuerzo de mediación para restablecer la paz debe basarse en el respeto a la soberanía y el pleno restablecimiento de la integridad territorial de Ucrania de acuerdo con la Carta de la ONU”, añadió.
Los 12 puntos de China
China, ha propuesto una resolución del conflicto en 12 pasos, basada en el alto el fuego y el diálogo, un plan que Xi discutió con Putin durante una visita a Moscú el mes pasado.
“Son condiciones básicas” para la paz, dijo Vieira, juzgando la propuesta de Pekín como “muy positiva”.
En una declaración conjunta con el presidente francés, Emmanuel Macron, de visita en Pekín, Xi se comprometió el viernes a “apoyar cualquier esfuerzo a favor del retorno a la paz en Ucrania.”
Pero Moscú ha rechazado cualquier “solución política” al conflicto.
La agenda económica
China es el mayor socio comercial de Brasil y la clave de las ambiciones de Lula de volver a situar al gigante sudamericano en el escenario geopolítico mundial.
Los funcionarios de Pekín también consideran a Brasil -líder del Sur global- un eje de sus planes estratégicos y económicos.
El viaje original de Lula iba a centrarse en el comercio, un tema importante aunque el enfoque haya cambiado.
La semana pasada, antes de su llegada, China acogió un foro para 500 empresarios brasileños y chinos que dio lugar a la firma de más de 20 acuerdos de cooperación.
Pero este viaje será sobre todo político.
Desde Pekín, Lula viajará a Shanghái, donde se reunirá con Dilma Rousseff, que asumió recientemente la dirección del Nuevo Banco de Desarrollo, también conocido como el banco de los BRICS.
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