2.600.000 km2 de jurisdicciones insulares y marítimas del Atlántico Sur, sumados a 4.600.000 km2 de tierra y mar del Sector Antártico suman más de 7 millones de km2 que los argentinos no podemos usufructuar. Tanto la consolidación de la invasión británica que se da desde 1833 hasta nuestros días (con excepción de los días de bandera argentina durante la recuperación de 1982), como el riesgo del probable cambio de las reglas de juego del Tratado Antártico (en cualquier momento) cuando la mayoría de las partes se ponga de acuerdo, podrían generar la pérdida definitiva del 99% de las jurisdicciones de la Provincia de Tierra del Fuego, que constituyen el 70 % del territorio terrestre y marítimo argentino.
La República Argentina se constituyó en 1816 con el acuerdo de una Constitución Nacional que a nuestros días prescribe los derechos y garantías del pueblo argentino, la organización política y las reglas de juego elegidas por los argentinos para vivir en su territorio, satisfacer sus necesidades y lograr su desarrollo, tanto como lo pretenden los demás Estados del mundo. Asimismo, ratifica la determinación de los argentinos de hacer uso de los imprescriptibles derechos de soberanía argentina sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur.
Transcurridos más de 200 años de nuestra declaración de la independencia se da por sentado que los gobiernos de otros Estados y los demás pobladores de los 8.000 millones de habitantes de este mundo, no pueden desconocer en su mayoría la existencia de nuestra República Argentina y, por ende, de su suelo, de su pueblo, de su vocación de gobierno “in-dependiente” y de los intereses que sustentan sus deseos.
Por si eso fuera poco, la Ley de Defensa Nacional pormenoriza los intereses vitales argentinos que son la vida y libertad de sus habitantes y ciudadanos argentinos en el exterior (que en total alcanzamos unos 47 millones), la integridad territorial (sobre 11 millones de km2 terrestres y marítimos), y la independencia, soberanía y autodeterminación como intereses políticos vinculados al orden interno y al posicionamiento argentino frente a la comunidad internacional. A eso debemos agregar los intereses estratégicos de gran importancia para la vida y el desarrollo nacional como la infraestructura crítica y los recursos naturales.
Aclarado esto para toda la humanidad, y observando que los argentinos vivimos de una manera extraordinariamente preocupante las afectaciones generadas por la agresión del Reino Unido (a modo de ejemplo valen los 15.000 millones de dólares anuales en góndola de la pesca en Malvinas), tanto como la incertidumbre generada por el futuro del orden internacional en la cuestión antártica es que, ante las visitas de emisarios extranjeros que propenden favorecer los intereses de otros Estados, debamos advertirles que los argentinos pretendemos ser un pueblo pacífico, pero que estamos inequívocamente determinados para consolidar, proteger y alcanzar los intereses vitales y estratégicos argentinos que constituyen la presente y futura razón de ser de nuestra República.
Se da por sentado entonces, que el propósito de la visita de la Comandante Sur, Gral. Laura Richardson a la Argentina por cuestiones de interés estadounidense deberían contemplar claramente la “coincidencia estratégica” o el vínculo propicio con los mencionados intereses argentinos y, muy especialmente, contribuir a favorecer los derechos argentinos y la solución pacífica del conflicto con el Reino Unido por medio del derecho internacional, pensando que Argentina, tanto como Estados Unidos, reúne todas las garantías dadas por la carta de las Naciones Unidas para recurrir a todos los medios por ella contemplados en favor de su autodefensa. Los 7.200.000 km2 en juego con todos sus recursos y posicionamiento geopolítico son más importantes para la República Argentina que para el Reino Unido con su aliado Estados Unidos.
Sra. Richarson, los argentinos observamos hoy con especial atención sus gestiones en Argentina, esperamos de Ud. en nombre de los Estados Unidos una propuesta de apoyo a la cuestión de soberanía y, al menos por el día de hoy, entenderemos que su viaje no constituye una intromisión en los asuntos internos de otros Estados.
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De acuerdo a lo que plantea el autor de la nota, mi opinión es que con las conducciones políticas traidoras y entreguistas despojadas del más mínimo sentimiento nacionalista y amor a la Patria que viene teniendo el país desde el 10 de diciembre de 1983 hasta la fecha no hay esperanzas de que la nación se prepare militarmente, se desarrolle económicamente, se blinde y concientice a la población para recuperar los territorios usurpados y enfrente en un futuro no muy lejano nuevas avanzadas sobre nuestro sector en el continente blanco cuando expire el Tratado Antártico.Todavía estamos a tiempo para efectuar un cambio del rumbo y empezar a trabajar en ese sentido combiando las políticas implementadas hasta la fecha por otras que prioricen los intereses argentinos no las de nuestros enemigos. Hacer que la permanecia del UK en nuestras Islas Malvinas le resulte muy onerosa, no facilitarle ninguna ventaja anulando los acuerdos de Madrid del gobierno de Menem Cavallo y el de Macri, impidiendo vuelos sobre nuestro territorio, exigiendo el cumplimiento de los acuerdos a nuestros vecinos latinoamericanos para que anulen cualquier tipo de asistencia a los usurpadores y su población implantada y todo tpo de medidas en ese sentido. Cito como ejemplo las palabras de un integrante del gobierno isleño que aseguró que su permanencia en las islas despues de1982 y hasta la fecha les fue posible gracias a los beneficiosos acuerdos pesqueros firmados por los gobiernos de la Partidocracia Argentina. Y para finalizar sostengo que si no realizamos un cambio en la politica exterior de 180 grados priorizando los intereses argentinos sino nunca va haber ningún cambio. La teoría de la seducción es una idea del enemigo que fue inculcada en un sector de la dirigencia argentina y el objetivo que tiene es distraer y hacernos entrar en una vía muerta. Nunca por ese medio se va conseguir absolutamente nada al ser una población que odia profundamente a la Argentina y se han declarado abiertamente súbditos ingleses y de esta forma perderemos el tiempo. El único idioma que entienden es el de los gastos y el costo de la ocupación. Esa es la llave para que las islas retornen al patrimonio de la Nación, las islas estan en el Mar Argentino dentro de la Plataforma Continental Argentina y de nosotros depende que eso se convierta en realidad. Por lo menos asi lo veo yo.
Bien compatriota excelente lo tuyo .creo que es buen momento de recuperar nuestras malvinas como sea por las buenas o por las malas
Excelente artículo. Lamentablemente no creo que la Richardson venga a Argentina a apoyar nuestra soberanía en Malvinas, al contrario. Esta mujer es una representante genuina de los intereses imperiales de EEUU.
Por otra parte, no hay política exterior que se pueda sostener, entre otras cosas, sin una fuerza militar creíble, verdaderamente disuasiva. Los sucesivos gobiernos constitucionales desde 1983 han permitido un lento pero imparable deterioro de las capacidades militares del país, cosa que no se revierte de un año para el otro, ni siquiera de un periodo constitucional a otro. Si bien lo militar es solo uno de los pilares de la defensa, no se puede dejar la defensa y soberanía de nuestra patria en la buena voluntad de nadie. Los emisarios de EEUU no vienen a nuestro país a buscar nuestro bien, Su único interés es la supremacía de EEUU.
Deberían promocionar la llegada de Argentinos, llenar las aguas con nuestros buques. Sin inversión no hay Progreso!!
Se necesita más de un estratega para soñar con la pertenencia.