Según un informe publicado el martes por el Departamento de Estado estadounidense, Corea del Norte ha mejorado su capacidad para fabricar virus y continúa produciendo material fisible. Se trata de un programa nacional de armas biológicas que posiblemente ha desarrollado bacterias, virus y toxinas para campañas militares.
La publicación del informe anual ‘Adherencia y Cumplimiento de los Acuerdos y Compromisos de Control de Armas, No Proliferación y Desarme’ se debe a que el presidente surcoreano, Yoon Suk-yeol, viajará a Washington la próxima semana para celebrar su segunda cumbre con Biden, en la que las amenazas de Corea del Norte ocuparán probablemente un lugar destacado en la agenda. En este, se señala que Pyongyang aún produce material fisible apto para armas, como plutonio y, en grandes probabilidades, uranio. Añade que Corea del Norte puede diseñar genéticamente armas biológicas y “sigue mejorando sus capacidades colaborando con otros países en temas científicos de doble uso o adquiriendo equipos y materiales biológicos”.
“Pyongyang probablemente es capaz de convertir en armas agentes de armas biológicas con sistemas no convencionales como pulverizadores y dispositivos de inyección de pluma venenosa, que han sido desplegados por Corea del Norte para el suministro de armas químicas y podrían ser utilizados para el suministro encubierto de agentes de armas biológicas”, advierte el informe.
Asimismo, se describen las actividades de construcción en Yongbyon y el sitio de pruebas nucleares de Punggye-ri como “consistentes con un retorno a las pruebas nucleares”. El Departamento de Estado por lo tanto evalúa que esta y otras actividades indican que Corea del Norte no se está adhiriendo a los compromisos de la declaración conjunta de la Cumbre de Singapur de 2018 con Estados Unidos y otros acuerdos de control de armas y no proliferación.
El entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el líder norcoreano, Kim Jong Un, firmaron una declaración conjunta durante su cumbre en Singapur en junio de 2018 en la que Corea del Norte acordó “trabajar hacia la completa desnuclearización de la península coreana” y establecer un régimen de paz.
En el informe, estos compromisos que parecen están incumpliéndose se califican como “herramientas importantes que pueden proteger y promover los intereses de Estados Unidos” que pueden “limitar o reducir las amenazas a los Estados Unidos, aliados y socios, incluso limitando el acceso o la participación de los Estados participantes en capacidades o actividades peligrosas o desestabilizadoras”.
Se deja en claro, de todos modos, que Estados Unidos no alberga “intenciones hostiles” hacia Corea del Norte y se reiteran los llamamientos de la administración Biden de que las conversaciones pueden reiniciarse en cualquier momento y “sin condiciones previas”.
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