En el presente día, Colombia acogerá una conferencia internacional para debatir la situación política actual en Venezuela. El presidente Gustavo Petro ha pedido “más democracia y cero sanciones”. Sin embargo, no invitar al líder opositor venezolano, Juan Guaido, a la conferencia no parece favorecer lo que tanto pide.
El gobierno colombiano es el testigo más cercano de la tragedia que Nicolás Maduro ha creado en Venezuela. Al menos 2,5 millones de migrantes venezolanos están en Colombia, lo que convierte a este país en el mayor receptor de migrantes de la región y el segundo a nivel mundial.
Según el Programa Mundial de Alimentos, al menos 9,3 millones de venezolanos padecen hambre, el mayor número en el hemisferio occidental. Estos números son solo comparable con las crisis alimentarias en Yemen, la República Democrática del Congo y Afganistán. La Organización de Estados Americanos, visitada por Petro el 19 de abril, ha dicho que más de 12.000 personas han sido detenidas arbitrariamente desde 2014, según un informe sobre crímenes de lesa humanidad realizado por un panel de expertos independientes.
El ministerio de Relaciones Exteriores confirmó: “El ministro de Asuntos Exteriores, Álvaro Leyva Duran, no ha invitado al Sr. Juan Guaido, por lo que su asistencia a la Conferencia no está disponible”. Aun así, Guaido afirmó que cruzó la frontera hacia Colombia a pie para buscar una reunión con delegaciones internacionales reunidas allí para una conferencia centrada en la crisis política de su país.
“Solicitaré reuniones con miembros de las delegaciones internacionales”, dijo Guaido en el comunicado. Dijo que esperaba que la reunión “asegurase que el régimen de Maduro regrese a la mesa de negociaciones en México y acepte un calendario creíble para elecciones libres y justas para resolver la situación actual”.
Tanto Petro como Maduro han dicho que buscarán poner fin a las sanciones económicas contra Venezuela durante la reunión en la capital de Colombia, Bogotá. Sin embargo, el alivio de las sanciones no puede utilizarse para garantizar unas elecciones libres y justas en Venezuela cuando ni siquiera los derechos más básicos están protegidos por el régimen de Maduro.
Petro se ha beneficiado en el pasado de la acción regional en defensa de los derechos humanos y políticos: en diciembre de 2013, la Corte Interamericana de Derechos Humanos condenó la decisión de un inspector general de destituirlo de la alcaldía de Bogotá e inhabilitarlo durante 15 años. Por lo tanto, es aún más imperativo que Petro preste atención a los derechos civiles y políticos de los 7,2 millones de migrantes y refugiados venezolanos, de los cuales sólo unos 107.000 han podido registrarse para votar en las elecciones.
Otro de los objetivos de la conferencia es reducir la deforestación de la Amazonia venezolana. Fue el presidente de Colombia quien estableció como máxima prioridad la preservación de la selva sudamericana y la lucha contra el cambio climático con energías renovables. Pero ha dicho poco sobre los 1,4 millones de hectáreas deforestadas en la Amazonia venezolana, lo que representa la quinta tasa más rápida del mundo.
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