En el último tiempo, el litio se ha convertido en uno de los metales preciosos más codiciados del planeta. En la teoría, se puede encontrar en casi todas partes, pero en la práctica el litio se extrae mejor en los salares. Actualmente, el triángulo del litio lo constituyen Chile, Bolivia y Argentina, países que, según el Foro Económico Mundial, representan alrededor del 60% de las reservas mundiales conocidas de litio.
Sin embargo, de los tres, Chile es el mayor productor.
En noviembre del año pasado, el precio de este metal saltó de 14.000 dólares la tonelada a más de 80.000 dólares. Esto se debe principalmente por la transición energética ecológica mundial. Asimismo, algunas estimaciones prevén que la demanda de litio se multiplique por 40 en 2040.
Por ese motivo, el Presidente chileno, Gabriel Boric, provocó una conmoción en el sector de los nuevos metales energéticos cuando, en un discurso televisado en horario de máxima audiencia el 20 de abril, anunció su esperado Programa Nacional del Litio. Este programa prevé la creación de una empresa estatal de litio que promoverá, ampliará y controlará la industria del país.
“Queremos que Chile se convierta en el primer productor mundial de litio, protegiendo al mismo tiempo la biodiversidad de los salares”, declaró Boric. “Esta es la mejor oportunidad que tenemos para hacer la transición hacia una economía sostenible y desarrollada”.
El presidente de Chile también dijo que el Estado controlará el 50,01% de las acciones en empresas conjuntas con inversores privados. Pese a que los contratos actuales se respetarán, los nuevos tendrán que acordar condiciones que incluyan el uso de tecnología punta para reducir o eliminar los daños medioambientales. Asimismo, tendrán que garantizar mejores condiciones para los trabajadores y consultar a las comunidades locales —principalmente indígenas, de la región del desierto de Atacama— para que también puedan beneficiarse de la extracción de litio.
El plan incluye la creación de un instituto nacional del litio para identificar formas de identificar y producir derivados con valor añadido. El vicepresidente de CORFO, José Miguel Benavente, dijo que Chile “ya puede producir carbonato de litio e hidróxido de litio”, refiriéndose a dos compuestos utilizados para fabricar baterías para vehículos eléctricos. Sin embargo, refinar aún más el litio puede aumentar el valor del elemento: “Después de extraer el cloruro de litio, cada proceso o producto adicional aumenta su valor en aproximadamente un 15%, que no es poco”.
El anuncio del gobierno chileno ha sido recibido con críticas encontradas, especialmente dentro de Chile. Los políticos conservadores acusaron a la presidenta izquierdista de intentar volver a los tiempos del ex presidente socialista Salvador Allende, quien fue derrocado en 1973 en un golpe militar. Allende nacionalizó la industria chilena del cobre, hoy la mayor del mundo.
Inmediatamente los titulares de todo el mundo anunciaron que Boric estaba “nacionalizando” el litio de Chile. Pero, en su defensa, la Constitución ya define el litio como un mineral estratégico y de propiedad exclusiva del Estado. Esto se debe a su posible uso en la fusión nuclear.
Te puede interesar: Argentina presente en la feria internacional de minería en Chile
Imposible
Los niñitos inútiles en la moneda nunca han trabajado, solo son ideología y cero, cero absoluto de gestión
El litio le pertenece a todos los chilenos, no sólo a los empresarios. A mí Boric no me gusta en varios aspectos, pero no veo mal que se proteja una riqueza del país y que además será muy demandada en los próximos años. No veo mal que empresas extranjeras quieran participar de la extracción del litio chileno, pero al mismo tiempo, me parece muy mal que capitales extranjeros se aprovechen de las débiles normativas medioambientales chilenas para producir este mineral, preocupándose sólo de sus beneficios y no invertir parte de sus ganancias en minimizar el impacto ambiental de sus explotaciones.