Estados Unidos y China han retomado los contactos de alto nivel, según han informado desde ambos Gobiernos. Los consejeros respectivos de Seguridad Nacional, Jake Sullivan y Wang Yi, se reunieron a lo largo de dos días durante esta semana en la ciudad de Viena, en una reunión que sumó ocho horas, se desarrolló en absoluto secreto y fue comunicada a la prensa recién cuando finalizó.
El encuentro se da luego de que, a comienzos de febrero, Washington derribara un globo aerostático chino que sobrevolaba territorio estadounidense y que denunciaba que cumplía funciones de espionaje. El recorrido del artefacto chino por el espacio aéreo estadounidense motivó a que el secretario de Estado, Antony Blinken, pospusiera una visita a Pekín que significaba el viaje de mayor nivel de un representante del Gobierno de Estados Unidos a China en tres años, y que tenía como objetivo tratar de reactivar los lazos entre las dos principales economías del mundo.
Comunicados oficiales
En este sentido, las conversaciones entre los funcionarios de seguridad Sullivan y Wang Yi forman parte de los esfuerzos para mantener líneas abiertas de comunicación y gestionar la competencia entre ambos países de manera responsable. Según afirmó la Casa Blanca a través de un comunicado, el diálogo entre los consejeros fue “franco, sustantivo y constructivo” y abarcó “cuestiones clave” en la relación bilateral, desde la guerra en Ucrania hasta la situación en el estrecho de Formosa que separa la China continental de Taiwán.
Asimismo, esta reunión apunta a reiniciar las relaciones entre los dos países rivales, frías desde hace años y casi paralizadas a raíz del incidente del globo. La alta funcionaria de la Administración de Joe Biden, que habló bajo la condición del anonimato, aseguró que organizar la reunión no fue difícil y destacó que “ambas partes vieron valor en celebrarla”.
Por su parte, el comunicado chino sobre el encuentro sigue la misma línea del empleado por Washington. En él, se asegura que Sullivan y Wang mantuvieron conversaciones “sobre la eliminación de obstáculos en las relaciones chino-estadounidenses y la certeza de la relación para que no se deteriore”. Aunque el texto chino, a diferencia del estadounidense, menciona por nombre a Taiwán, la isla autogobernada que se alinea ideológicamente con Washington y que Pekín considera parte inalienable de su territorio, sin renunciar a la violencia para lograr la unificación. Según este comunicado, Wang “expuso exhaustivamente la solemne posición china sobre el asunto de Taiwán”, considerada como de interés primordial para China.
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