El pasado lunes, el Ejército de Liberación Nacional (ELN) publicó un comunicado con duras críticas a un reciente discurso del presidente Gustavo Petro en el que señaló a la guerrilla de tener vínculos con el narcotráfico. En respuesta, el jefe del equipo negociador del Ejército de Liberación Nacional informó que la delegación decidió hacer una “pausa” en las negociaciones con el gobierno.
Durante el fin de semana, el presidente había propuesto al ELN un cese bilateral del fuego en el departamento de Nariño, al sur del país y en la frontera con Ecuador. Esta debía ser una especie de plan piloto de lo que sería un alto el fuego por ambas partes en todo el territorio nacional. Sin embargo, en el marco de la conmemoración de un nuevo aniversario de las Fuerzas Militares, Petro aseguró: “tenemos al ELN negociando, pero no significa que se bajó la guardia contra su economía ilícita. Hay que destruirla”.
El Ejército redactó un escrito de ocho páginas en el cual advirtió que el presidente Petro está siendo “irrespetuoso” con el ELN y “desconoce” a la delegación del gobierno, a los países garantes y a los acompañantes —como la Iglesia católica y las Naciones Unidas— del diálogo que llevan adelante ambas partes. A su vez, sostuvo que la organización “ha practicado el deslinde categórico” del narcotráfico.
En la declaración el jefe negociador Israel Ramírez, alias Pablo Beltrán, aseguró que “si viene el presidente y le dice a los generales que nosotros somos un grupo no político, como el Clan del Golfo, pues entonces toda la negociación se va al traste”.
Este nuevo choque entre el ELN y el gobierno de Petro se da después del desencuentro que se produjo cuando el Poder Ejecutivo anunció un cese del fuego con esa guerrilla sin que antes se hubiera pactado en la mesa de negociación.
Las partes se encuentran en el tercer ciclo de diálogos de paz en Cuba. Las negociaciones son itinerantes, por lo que no tienen una sede fija o un país determinado. Se habían retomado en noviembre del año pasado luego de la juramentación de Petro, el primer presidente izquierdista en la historia del país y quien hizo de la “paz total” un fuerte eje de su programa político.
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