El subsecretario de Derechos Humanos de México, Alejandro Encinas, fue objeto de Pegasus, el programa espía más conocido del mundo. Este suceso ocurrió mientras investigaba los abusos cometidos por el ejército del país, según cuatro personas cercanas y un análisis forense independiente que lo confirmó.
México lleva un largo tiempo sacudido por escándalos de espionaje. Sin embargo, éste es el primer caso confirmado de un miembro de tan alto rango de una administración vigilado por la herramienta de espionaje en el país.
Pegasus sólo se autoriza a organismos gubernamentales, pero aún no hay pruebas definitivas de cuál de ellos llevó a cabo el pirateo del teléfono del subsecretario. Según cinco personas familiarizadas con los contratos, el ejército es la única entidad en México que tiene acceso al programa espía. De hecho, el ejército mexicano ha atacado más teléfonos móviles con esta tecnología que cualquier otra agencia gubernamental del mundo.
Encinas lleva mucho tiempo enfrentado a las fuerzas armadas. Él y su equipo los han acusado de estar implicados en la desaparición masiva de 43 estudiantes, una de las peores violaciones de los derechos humanos en la historia reciente del país.
Su teléfono ha sido infectado en múltiples ocasiones, lo que ha dado a los piratas informáticos acceso sin restricciones a toda su vida digital. Asimismo, en los últimos meses, han aparecido nuevos casos que confirman algo preocupante. Los programas espía han estado dirigidos contra defensores de los derechos humanos y periodistas locales durante el mandato de López Obrador.
Sin embargo, los ataques contra Encinas no se parecen a nada que se haya visto en México.
“Si se ataca a alguien tan cercano al presidente como Alejandro Encinas, está claro que no hay control democrático sobre la herramienta de espionaje”, dijo Eduardo Bohorquez, director del capítulo mexicano de Transparencia Internacional, un grupo anticorrupción.
Encinas no respondió a las múltiples solicitudes de comentarios. El presidente mexicano y el Ministerio de Defensa tampoco lo hicieron.
Las personas que hablaron con Encinas sobre los hackeos dijeron que se enteró de los detalles de las infecciones después de que fueran confirmadas por Citizen Lab, un grupo de vigilancia con sede en la Universidad de Toronto. Este grupo realizó un análisis forense de su teléfono que no se ha hecho público.
También se encontraron pruebas de que Pegasus se había infiltrado en los teléfonos de otros dos funcionarios del gobierno que trabajan con el subsecretario y que han participado en investigaciones sobre violaciones de derechos por parte de las fuerzas armadas, dijeron tres personas con conocimiento de los hackeos.
El fabricante israelí de Pegasus, NSO Group, abrió una investigación sobre ciberataques a defensores de los derechos humanos en México.
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