Durante la reciente Cumbre de la Cámara de Comercio de los Estados Unidos en Argentina (AmCham 2023) que se llevó a cabo en Buenos Aires, múltiples precandidatos y políticos tuvieron un espacio determinado para dialogar con el público y conversar sobre la situación de la Argentina, en este contexto de aniversario número 200 de relaciones de amistad con los Estados Unidos. Se destacó la participación de varios espacios, pero en particular el discurso de la precandidata a presidente Patricia Bullrich, principalmente por destacar que la situación del país podría ser salvada con su “carácter y determinación”.
Pero también buscó destacar que, en caso de que ganara las elecciones, Argentina “no irá a los BRICS” porque mantendría como aliados principales a las democracias de Estados Unidos, Europa Occidental e Israel. Entonces, podría afirmarse que, para Bullrich, un país que “lidia con una deuda de 44.500 millones de dólares con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y una sequía única en un siglo que ha reducido a la mitad su producción de soja y trigo” precisa otro tipo de alianzas que el bloque no puede ofrecer. Horacio Rodríguez Larreta, otro de los principales candidatos a la presidencia de la misma coalición, también hizo comentarios similares en AmCham, aunque mencionó estar dispuesto a comerciar con cualquier nación, incluyendo a los BRICS.
Los BRICS representan hoy día a más del 40% de la población mundial, bloque que tuvo su primera cumbre diplomática en Ekaterimburgo, Rusia, en 2009, a la cual se sumó Sudáfrica el año siguiente. En varias ocasiones se han mostrado como una alternativa a los principales “Grupos G” y sus instituciones, donde una de ellas fue la creación del Nuevo Banco de Desarrollo durante su sexta cumbre anual en Fortaleza, Brasil, en 2014. Cabe destacar que, en junio del año pasado, el presidente Alberto Fernández solicitó la membresía de Argentina al grupo de los BRICS, y su aliado y amigo Lula da Silva, homólogo de Brasil, se comprometió personalmente a ayudar al país a “quitar el cuchillo [del FMI] del cuello de Argentina”.
Pero en un contexto post pandemia y de simultáneos conflictos internacionales, como la guerra en Ucrania, y sumado a una enorme sequía, Argentina afronta múltiples dificultades que le están siendo difícil de apaciguar. Para el economista y profesor Julio Gambina, “los BRICS tienen la capacidad de redefinir la relación de Argentina con la deuda. Sus inversiones podrían permitirle al país construir una economía comunitaria que priorice las necesidades de las personas y las familias en lugar de las empresas transnacionales. Pero esto sigue siendo una teoría”. Otros expertos, como Juan Gabriel Tokatlian, lo que dificulta el ingreso potencial de Argentina al bloque es “su historial de unirse y luego abandonar alianzas internacionales”.
Por el momento, aún es una incógnita si finalmente Argentina se unirá o no a los BRICS. Lo que sí es certero es que, sea cual sea el movimiento que haga la Nación, no habrá resoluciones antes de las elecciones de octubre. Además, es cierto que el país precisa de toda ayuda que pueda obtenerse para salir de la situación económica actual, sin descuidar sus relaciones exteriores históricas. Tal y como expresó la directora del Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Columbia en la ciudad de Nueva York, Victoria Murillo, “cuando estás en la oposición, sos libre de decir lo que quieras. Pero si cualquiera de las coaliciones gana, el próximo gobierno tendrá que prestar mucha atención a Brasil y China. Esas relaciones son demasiado importantes para hacer distinciones ideológicas”
Te puede interesar: El sueño del renacimiento de los BRICS
La intención de adhesión a los BRICS es de este gobierno, no así de la oposición, más propensa de someter al país a los designios de EEUU y otras potencias occidentales. El tema es cuáles serán las consecuencias de todo tipo de esta adhesión, con respecto a EEUU. Esta potencia tiene preponderancia en el FMI y nuestra inmensa deuda con el ente y las represalias en lo económico podrían ser terribles para nuestro país. Nuevamente, la deuda condicionando la política exterior nacional.