Continuando la entrevista con Daniel Coluccio, director del Observatorio Marítimo Naval, sobre la pesca en nuestro país y la potencialidad de la misma en el sistema internacional, se indagó sobre los principales desafíos que tiene Argentina con respecto a poder competir con otros países en este rubro y en particular se explayó sobre la cuestión de la pesca ilegal en las Islas Malvinas.
A continuación la segunda parte del intercambio:
Escenario Mundial: ¿Cómo considerás vos que se puede generar un mecanismo o alguna articulación política para que la pesca Argentina sea más competitiva?
Daniel Coluccio: Las flotas extranjeras compiten de forma desleal con nosotros. Porque capturamos el mismo calamar, vendemos a los mismos compradores, vendemos al mismo precio, en los mismos mercados internacionales, pero tenemos exigencias distintas. Nosotros tenemos épocas de veda, zonas de veda, costos operativos sin subsidios estatales como la flota china, y respetando los derechos humanos del personal embarcado, dónde se puede pescar, dónde no se puede pescar y cómo poder pescarlo.
Ellos pescan los trescientos sesenta y cinco días del año y cuando no están acá, están pescando en aguas afuera de Perú, al sur de Galápagos. Es decir, ellos pescan permanentemente.
Ahora bien, para que una flota sea sustentable a 10.000 millas náuticas, es decir, a 18.000 kilómetros de su puerto base, es porque alguien le da apoyo logístico. Es decir, para tener un barco en el medio del mar, a 18.000 kilómetros de distancia del puerto, siendo rentable, hay que disponer de una gran cantidad de barcos cargueros con refrigeración, que le tomen la captura, y lo pongan en su bodega, porque si no el barco llenaría su bodega y tendría que navegar 18.000km hasta su puerto de origen.
Punto número dos, para que ese barco pueda pescar, navegar, circular, prender los generadores para toda esa luz que nosotros vemos habitualmente para la captura de calamar, se necesita mucho combustible, necesitas una flota de barcos, tanques que den combustible y apoyo logístico a esa flota.
Entonces, yo me pregunto ¿de dónde proviene el combustible y hacia dónde van los barcos que consolidan bodega para después ser transportada al sudeste asiático? Y veo un común denominador que es Montevideo, Uruguay y Puerto Argentino, Islas Malvinas.
Las Malvinas sabemos en la situación que estamos con el Reino Unido, por ende es mucho más complejo el escenario. Pero la cancillería, con el tema de Montevideo, y todo el combustible que provee Uruguay a esta flota, Argentina debería poder actuar. Trabajando con Cancillería el tema del abastecimiento de combustible y el puerto logístico para la reparación de buques. De esa manera, bien se podría condicionar la operatoria de esta flota tan lejos de su puerto base.
Se debe trabajar diplomáticamente para restringir los atributos que tienen ellos, para descargar la mercadería, para consolidar esa mercadería y, por otro lado, no permitir, mediante una certificación, que esa mercadería pueda competir en el mismo mercado que estamos vendiendo nosotros. Y, también, evitar la posibilidad de que puedan abastecerse de combustible que llega de puertos del Mercosur, como es el caso de Montevideo.
EM: ¿Cómo crees que se puede ejercer por lo menos una presión o qué política sería adecuada en términos de poder controlar lo que está pasando con respecto a la explotación de las Islas Malvinas en la cuestión de la pesca? ¿O no hay posibilidad para que eso ocurra?
DC: No, no es que no hay posibilidad, ¿cómo hay que trabajar esto? y con mucha diplomacia en los ámbitos internacionales que corresponden y después, esto es un problema que año a año y día a día se va engrosando; el historial de pesca en la zona hoy por hoy después de tantos años sienta jurisprudencia, derechos y sería muy difícil, por no decir imposible modificar sus hábitos. Hoy, ya son derechos adquiridos.
Malvinas vende licencias a una flota coreana y taiwanesa. Ellos compraron la licencia de pesca en el Reino Unido de Malvinas y lo otorgaron; ¿qué podemos que hacer? Trabajar con la diplomacia para evitar que el Reino Unido pueda vender esas licencias en aguas que, en principio, están en litigio. Entonces, en zona de litigio, no tendrían que autorizar esta modalidad de saqueo.
En la medida que un barco hace historia en una zona, hay barcos que hace 20 años que pescan en la zona y la realidad es que Argentina ha tomado conciencia de todo esto recién estos últimos años.
Anteriormente, nosotros no escuchábamos la problemática de la milla 200. Sin embargo, la milla 200 existe desde hace muchísimo más que la coexistencia con la pesca aparentemente ilegal.
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Tendria que ser “plomatica” la respuestas todos los que vienen reconosen nuestra plataforma marina pero la saquean sin inportarles
Con la sola diplomacia no se consigue nada. Hay que meterse entre los buques en plena pesca, y mas allá de la milla 200, con buques argentinos de Prefectura para controlar la forma y cantidad de pesca, un buque diario y uno detrás de otro, controlando que se cumpla con las normas internacionales tendiente a evitar la depredación, en nombre de “la humanidad” para que no digan que estamos obstruyendo su negocio, analizar cual es el mejor método mas apropiado que tenemos que ejercer para que los cardúmenes se alejen de los barcos pesqueros y aplicarlo una y otra vez hasta que se harten y lleguemos a un acuerdo. Nadie negocia diplomáticamente con un Estado que no puede o no quiere defender sus intereses. La legislación internacional de las Naciones Unidas nos habilita a proteger el medio ambiente y nombre de la humanidad sobre el mar adyacente a nuestra jurisdicción marítima, porque esos cardúmenes son son patrimonio común de la humanidad, cuya exploración y explotación se realizarán en beneficio de toda la humanidad, tal como se ha establecido en las Naciones Unidas en Convención firmada por casi todos los países del orbe. Y si en algún momento aparece un buque de guerra inglés en la zona, nuestra justificación se encuentra en las normas internacionales que nos protegen.
Estaríamos cumpliendo con nuestra ley 24.543 que aprueba la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar y que expresamente estipula, en función de dicha Convención que nuestro país debe y tiene que realizar todo aquello que tienda a la “…conservación de los recursos vivos en el alta mar…. en particular las relativas a las poblaciones de peces transzonales y las poblaciones de peces altamente migratorias, y que es necesario su complementación mediante un régimen multilateral, efectivo y vinculante que, entre otras cosas, facilite la cooperación para prevenir y evitar la sobrepesca, y permita controlar las actividades de los buques pesqueros en alta mar así como el uso de métodos y artes de pesca…. ”
Hay que cumplir con esta Convención y mas que un derecho, es una obligación que como país ribereño que posee una zona económica exclusiva y un área de alta mar adyacente a ella, hay que proteger en nombre de la humanidad todo el sector, equipando a Prefectura con mucho equipamiento oceánico y fijar las partidas presupuestarias para tenerlos 365 días en el mar, dándole los elementos básicos de defensa para evitar la calificación de buques de guerra (Prefectura es Fuerza de Seguridad) y el gobierno debe terminar de ser un cándido negociador en este mundo que prioriza el negocio desconociendo elementales requerimientos que la ecología impone, en este tema tan importante para nuestros intereses y nuestros derechos de soberanía.