La guerra en Ucrania contra Rusia ha brindado a los países de la OTAN la oportunidad de probar su armamento avanzado en un campo de batalla real, obteniendo valiosa información en el proceso, según informa el Financial Times. Los miembros de la OTAN, como Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Alemania y Francia, han estado suministrando armas y entrenamiento a Ucrania desde el inicio del conflicto en el 2022.
A medida que la guerra ha progresado, los países de la OTAN han entregado armas cada vez más sofisticadas, incluyendo tanques, sistemas de defensa aérea y aviones modernos, a petición de Ucrania. Esto ha permitido a los aliados de Ucrania evaluar la efectividad de sus armas y determinar si necesitan mejoras.
Un ejemplo destacado es el derribo de un misil ruso Kinzhal por parte de Ucrania en mayo, utilizando un sistema de defensa aérea Patriot fabricado en Estados Unidos. Este acontecimiento desafió las afirmaciones previas de Rusia de que los misiles Kinzhal eran imparables. Desde entonces, Ucrania ha logrado derribar varios de estos en distintas ocasiones.
El ministro de Defensa de Ucrania, Oleksiy Reznikov, señaló que su país también ha demostrado a los países de la OTAN cómo funcionan sus sistemas de armamento cuando se emplean en conjunto. Además, los intentos de Rusia de obstaculizar el armamento de Ucrania, como las señales de interferencia, han llevado a actualizaciones tecnológicas constantes, incluyendo municiones guiadas por GPS y drones, lo que ha brindado nuevas oportunidades de aprendizaje.
Esta experiencia en el campo de batalla ha permitido a los fabricantes occidentales de armamento recibir comentarios directos de los soldados ucranianos, lo que les ha ayudado a identificar deficiencias y realizar mejoras en sus sistemas. Sin embargo, también se destaca que Occidente ha expuesto muchas de sus capacidades a Rusia y China, lo que requerirá ajustes en el funcionamiento de algunos equipos para mantener una ventaja competitiva frente a las grandes potencias militares.
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“…Un ejemplo destacado es el derribo de un misil ruso Kinzhal por parte de Ucrania en mayo, utilizando un sistema de defensa aérea Patriot fabricado en Estados Unidos…” ¿QUÉ? los Patriot no son capaces de detener viejos misiles soviéticos supersónicos, balísticos, de trayectoria predecible, pero son absolutamente incapaces de detener un proyectil que vuela a Mach 10, además, con una trayectoria final con bruscas maniobras evasivas. Quedó más que comprobado que el supuesto Kinzhal derribado no era tal, era otra cosa, pero no un misil hipersónico. ¡Qué más le gustaría a EEUU que sus Patriot puedan derribar a las dagas rusas! Estos misiles han arrasado sus blancos a voluntad, incluso le dieron de las suyas a los propios Patriot.
Inocencio, hay fotos de restos de Kinzhal interceptados.
Les guste o no a la fanaticada rusofila, el Kinzhal no es más que la fase final del Iskander, y no la Wunderwaffe que tanto promocionaron en su momento