El último movimiento en la creciente disputa comercial entre Estados Unidos y China ha llevado al gigante asiático a imponer controles a la exportación de galio y germanio, dos metales necesarios para la fabricación de chips. Esta medida constituye una respuesta directa a las amplias sanciones impuestas por Estados Unidos contra la industria de fabricación de chips de China.
Asimismo, la disputa entre ambos países amenaza con consecuencias negativas para la industria estadounidense debido a la escasez de suministros, ya que China es responsable de aproximadamente el 98% de la producción global de galio y del 68% de la producción de refinación del mismo. Según datos comerciales del año 2021, Estados Unidos importó más del 50% del galio y germanio que utilizó desde China, lo que agrava aún más la situación ya que este dato deja entrever, entre otras cuestiones, la dependencia en la adquisición de metales estratégicos.
La imposición de controles de exportación por parte de China refuerza la percepción de que las sanciones impuestas por Estados Unidos podrían tener un impacto directo y negativo en su propia economía. La medida anunciada por el gigante asiatico pone en evidencia la vulnerabilidad de Estados Unidos en términos de su dependencia de las importaciones de metales esenciales para la producción de chips.
Esta disputa comercial entre Estados Unidos y China no solo tiene el potencial de afectar la industria de fabricación de chips, sino que también destaca los desafíos más amplios en la relación comercial entre las dos principales potencias económicas del mundo. La interdependencia económica que existe entre ambos países es evidente y cualquier acción que busque alterar esta relación tiene el potencial de generar efectos directos y perjudiciales tanto para Estados Unidos como para China.
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