El conflicto entre Ucrania y Rusia ha alcanzado un sombrío hito, habiendo comenzado antes del amanecer el 24 de febrero de 2022, ya han transcurrido 500 días de hostilidades incesantes que han dejado una profunda huella en ambas regiones. La guerra persiste, llevando consigo un coste humano y económico considerable para cientos de miles de personas.
A medida que el conflicto se intensifica, las consecuencias se vuelven aún más trascendentales. Si bien es muy difícil establecer una cifra clara de las pérdidas de militares y civiles, según los informes de la Misión de Observación de los Derechos Humanos en Ucrania y la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, se estima que un mínimo de 9,177 civiles ha perdido la vida, considerando que más de 500 de ellos son niños y 15,993 han sufrido heridas en el conflicto.
La búsqueda de una solución pacífica parece estar distante, ya que ambas partes están enfocadas en fortalecer su posición. Las fuerzas ucranianas están decididas a recuperar la mayor cantidad de territorio que les sea posible. Los crecientes temores de un desastre nuclear han generado mayor preocupación, especialmente esta semana, tras las acusaciones mutuas entre Ucrania y Rusia sobre planes de ataque a una de las plantas de energía nuclear más grandes del mundo. La incertidumbre en torno a esta situación ha elevado la inquietud a nivel global.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, en la jornada que marcó los 500 días de guerra entre Ucrania y Rusia, afirmó que su país no ha mostrado “ni un solo día de debilidad”. Con esta declaración, Zelenski busca destacar la determinación y resistencia de Ucrania frente al conflicto que ha afectado profundamente al país. Según el informe del Estado Mayor General de Ucrania, las fuerzas ucranianas han emprendido operaciones ofensivas tanto al sur como al norte de la ciudad oriental de Bakhmut, la cual se encuentra mayormente bajo control ruso. De acuerdo con el Instituto de Estudio de la Guerra (ISW) con sede en Estados Unidos, se ha observado un progreso significativo de las fuerzas ucranianas hacia el noroeste de Bakhmut, cerca de las aldeas de Berkhivka y Yahidne, así como hacia el suroeste de la misma ciudad.
El 5 de julio, el General Oleksii Hromov, Subjefe del Departamento Operativo Principal del Estado Mayor General de Ucrania, informó que las fuerzas ucranianas habían progresado 7,5 km en territorio adyacente a Rusia, en la región occidental de Zaporizhzhia, así como a lo largo de la frontera administrativa que separa las regiones de Zaporizhzhia y Donetsk. Como respuesta, la estrategia rusa cambió, el Ministerio de Defensa ha priorizado frenar la ofensiva ucraniana, principalmente mediante el uso de minas.
Estas han cobrado la vida de varios soldados ucranianos en los últimos días, y han generado un profundo temor entre ellos. En respuesta a esto, el 6 de julio, el gobierno de Joe Biden ha informado públicamente que proveerá de “clúster” o municiones de racimo a Ucrania como estrategia defensiva, siendo Estados Unidos el principal fabricante con una cantidad de producción mayor a 800 millones. Se toma noción que son un método de dispersión de grandes cantidades de bombas pequeñas desde un cohete, misil o proyectil de artillería que las esparce en pleno vuelo sobre un área amplia. Las mismas pueden explotar si las pisan o son recogidas, pero al no detonar de inmediato después de ser diseminadas representan un peligro para la población que puede durar décadas.
¿Cuáles son los riesgos y peligros que representan las municiones de racimo para la población civil y por qué han sido objeto de prohibición internacional?
El uso de municiones de racimo está prohibido por el Derecho Internacional Humanitario, que establece normas para proteger a los civiles durante los conflictos armados. Estas armas pueden causar daños extensos y prolongados, ya que las submuniciones que contienen pueden quedar sin detonar y representar un peligro para la población civil incluso después del final del conflicto. Esto supone una violación de los principios fundamentales de distinción y proporcionalidad en la conducción de las hostilidades.
Un grupo de naciones, entre las que se encuentran el Reino Unido, Francia y Alemania, han acordado un tratado internacional conocido como el Convenio sobre Municiones de Racimo o “clúster “, las normas fueron firmadas en 2008, en Irlanda. Este tratado tiene como objetivo prohibir el empleo y almacenamiento de estas armas debido a su impacto indiscriminado en las poblaciones civiles. Más de cien países forman parte del mismo, y no pueden producir, utilizar o proveer a otros países con este tipo de armas. Las municiones de racimo representan una amenaza especialmente grave para los niños, ya que a menudo se asemejan a pequeños juguetes abandonados en diferentes áreas, lo que despierta su curiosidad y los lleva a recogerlas. Jens Stoltenberg, como secretario general de la OTAN, ha mostrado preocupación por el uso de municiones de racimo por parte de Rusia, porque considera que su empleo viola las leyes internacionales. Esta preocupación se basa en el hecho de que las municiones de racimo tienen un efecto indiscriminado en las poblaciones civiles, causando daños y sufrimiento a largo plazo. Por su parte, el gobierno canadiense también se ha manifestado en contra de la utilización de municiones de racimo y ha expresado públicamente su compromiso con el Acuerdo de Oslo.
¿Cuáles podrían ser las implicancias de la posible incorporación de Ucrania a la OTAN en el conflicto con Rusia?
En los últimos días, se impulsó un nuevo debate sobre el estatus de Ucrania y su relación con la OTAN. La cooperación estrecha entre ambas partes en materia de seguridad y defensa representa un paso significativo en el proceso de acercamiento del país a la alianza. Sin embargo, es importante recordar que cualquier decisión en este sentido debe ser analizada y acordada por todos los países miembros de la OTAN, lo cual implica un proceso complejo.
Mientras tanto, el conflicto continúa en curso, y la comunidad internacional sigue atenta a su evolución, buscando una solución pacífica y duradera, mientras se esperan nuevas decisiones y estrategias en la próxima Cumbre en Vilna, la cual será realizada el 11 y 12 de julio. En la misma los países podrán expresar su voluntad o no de acoger a Ucrania, además se buscarán nuevas formas de fortalecer la alianza y mecanismos para adoptar tres nuevos planes de defensa.
Te puede interesar: Rusia despliega tropas hacia Ucrania y moviliza 500.000 soldados
Excelente artículo. Es importante no dejar que estas situaciones pasen desapercibidas. Gran trabajo
Excelente articulo. Es importante no dejar que estas situaciones pasen desapercibidas. Gran trabajo