Un enorme depósito de roca fosfórica descubierto en Noruega contiene suficientes minerales para satisfacer la demanda mundial de baterías y paneles solares durante los próximos 100 años, según la empresa minera que lo controla.
Una minera noruega completó la exploración de un depósito de fosfato que, según afirma, es lo suficientemente grande como para satisfacer la demanda de fósforo para baterías y paneles solares durante los próximos 100 años. Norge Mining, que desarrollará el sitio, afirma que ha descubierto hasta 70 mil millones de toneladas del mineral, lo que convertiría a este depósito en el más grande del mundo. El depósito además contiene vanadio y titanio, ambos clasificados como materias primas críticas por la Unión Europea.
El fosfato es un mineral estratégicamente valioso en el mundo actual debido a su importancia en la agricultura y en la producción de baterías. El 90 % de los fosfatos extraídos se utilizan para producir fertilizantes agrícolas que aumentan significativamente los rendimientos, mientras que el fósforo, su producto refinado, tiene una gran demanda en baterías de alta densidad energética y paneles solares, lo que lo convierte en un mineral clave para la UE en su transición verde y su búsqueda de la neutralidad de carbono.
Anualmente, se consumen unas 50 mil millones de toneladas de fósforo y hubo advertencias de que el mundo se podría enfrentar a un “fosfogedón” si las tendencias y problemas en el suministro continuaban.
¿Por qué es importante?
A pesar de la enorme demanda, la disponibilidad de fósforo ha sido limitada, lo que ha dado lugar a cruciales desafíos de suministro. Con este hallazgo, Norge Mining pretende calmar estas preocupaciones y potencialmente revolucionar la industria de las energías renovables.
Hasta el momento, Rusia tenía el control de los depósitos de roca de fosfato ultrapuro más grandes del mundo, lo que generó preocupaciones sobre el alto riesgo de suministro asociado con estas materias primas críticas, según la clasificación de la UE. China, Irak y Siria también albergan grandes depósitos, todos países que presentan desde inestabilidad política a sanciones internacionales. Como consecuencia de esta situación, el mercado de compradores está cada vez más saturado por el comercio limitado.
Este hallazgo le presenta una oportunidad y una solución soñada a la UE, que importa casi todo su fosfato, de establecer lazos comerciales más estrechos con el país nórdico, lazos que ya se intensificaron cuando Noruega se convirtió en el principal exportador de energía tras las sanciones a Rusia. La UE, y occidente en general, ven con muchos mejores ojos la propuesta de comerciar con un país política y económicamente estable, que además comparte sus valores, en lugar de depender de regímenes autocráticos o Estados con gobiernos débiles que no pueden garantizar abastecer a la enorme demanda.
Al respecto, el ministro de comercio e industria de Noruega, Jan Christian Vestre, dijo el mes pasado que el gobierno estaba considerando acelerar una mina gigante en Helleland una vez que se complete el análisis de 75 kilómetros de núcleos de perforación. Si se otorga la aprobación, la primera mina importante podría comenzar a operar en 2028. El político dijo que era la “obligación” de Noruega desarrollar “la industria mineral más sostenible del mundo” tras el descubrimiento de los minerales.
La refinación de fósforo es un proceso altamente intensivo en carbono y es parte de la razón por la que ya no hay producción de esta materia prima crítica en Europa. Hubo producción en los Países Bajos en el pasado, pero se detuvo debido a la fuerte contaminación. Para no cometer los errores del pasado, Norge Mining hará uso de la captura y almacenamiento de carbono para reducir las emisiones resultantes del proceso de refinación. Y este es otro de los grandes atractivos desde el punto de vista de la UE de que Noruega se convierta en productor de fosfato, porque el desarrollo se haría con tecnologías verdes de punta, lo que convertiría a la industria en una potencia de innovación y cambio que cumple estándares ambientales y sociales altos.
El enorme depósito de roca de fosfato en Noruega representa un hito importante en la búsqueda de soluciones energéticas sostenibles. Con el potencial de satisfacer la demanda mundial de baterías y paneles solares durante los próximos 100 años y de garantizar la producción de fertilizantes, este descubrimiento ofrece la esperanza de un futuro impulsado por tecnologías ecológicas.
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