El investigador Facundo Robles entrevista al especialista en política exterior Juan Luis Manfredi, profesor en Georgetown University, sobre la relación UE-CELAC.
Entrevistador: En el pasado, la CELAC ha sido vista principalmente como un espacio de diálogo regional con China. Sin embargo, este mes la Unión Europea está organizando su primer diálogo formal con la CELAC desde 2015. ¿Podría la CELAC ayudar a acercar a América Latina a sus socios occidentales tradicionales, como Europa y Estados Unidos? ¿Cuál es el aspecto más importante de la agenda de la cumbre UE-CELAC de este año?
Juan Luis Manfredi: Entiendo el papel de la CELAC en tres dimensiones. Primero, tiene la capacidad de reunir a los líderes de la región, quienes representan diversas corrientes políticas e ideologías. En segundo lugar, está la representación, es decir, la capacidad de generar un plan de acción unificado que represente todos los intereses de la región. Estas dos dimensiones están conectadas por la tercera, que es visibilizar a la región. América Latina no es una región secundaria, subordinada a los intereses de algún país hegemónico.
La agresión de Rusia contra Ucrania tendrá un impacto en la agenda de la cumbre, ya que ha destacado la autonomía de América Latina en materia de política exterior. América Latina no quiere involucrarse en este conflicto. Al observar a Argentina, Brasil o México, veo el deseo de no alinear directamente sus políticas exteriores con los intereses de Europa y Estados Unidos. Esto es algo nuevo; durante décadas, hemos visto a América Latina relegada a un segundo plano o siguiendo las posiciones de Estados Unidos y Europa. Esto incomoda a Europa y Estados Unidos. Por ejemplo, las declaraciones del presidente Luiz Inácio Lula da Silva sobre la guerra lo posicionan como un aspirante a pacificador, pero al no distinguir entre el agresor y el agredido, ha generado tensiones con Europa.
E: Desde la invasión rusa de Ucrania, el compromiso europeo con América Latina parece haberse intensificado. Recientemente, el presidente colombiano Gustavo Petro visitó al canciller alemán Olaf Scholz; el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, se reunió con el presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa; el presidente argentino Alberto Fernández se reunió con el presidente francés Emmanuel Macron; la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, viajó a Brasil, Argentina, Chile y México, y la canciller alemana realizó una gira por Sudamérica. ¿Qué ha cambiado en la relación entre la UE y América Latina? ¿El renovado interés europeo en la región se debe principalmente a la lucha global por minerales críticos como el litio y el cobre, o refleja un realineamiento global más amplio?
JLM: Las expectativas para esta cumbre son altas. Las relaciones entre Europa y América Latina han alcanzado un nuevo nivel. Las reuniones mencionadas demuestran este cambio. Estamos dejando atrás la relación paternalista y tratando a la región como un igual, con agendas políticas, económicas y sociales complementarias. En la agenda política se incluye el respeto al orden internacional, la soberanía y el estado de derecho. Estas ideas son de interés tanto en América Latina como en Europa. También tenemos una agenda económica relacionada con el desarrollo y el comercio. Por último, está la agenda social, que es quizás la más significativa, ya que aborda la transición energética a nivel global y sus implicaciones para las clases menos favorecidas de América Latina.
E: Estados Unidos suele ver la inversión en América Latina por parte de sus aliados, incluso en Europa, como un multiplicador de fuerzas y un contrapeso a la creciente influencia regional de China. Sin embargo, Europa también es en cierto sentido un competidor de Estados Unidos en las Américas, incluso en el establecimiento de estándares tecnológicos. ¿Cómo debe ver Estados Unidos el creciente papel de Europa en la región, incluyendo el posible acuerdo de libre comercio entre la UE y la unión aduanera del Mercosur formada por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay?
JLM: La relación entre Europa y América Latina no desafía los intereses de Estados Unidos, más bien es complementaria. ¿Por qué? Porque a medida que los líderes latinoamericanos adoptan una agenda de política exterior independiente de Estados Unidos, Europa puede ser un interlocutor clave para articular y promover los intereses estadounidenses en la región. De hecho, México, Colombia, Argentina, Brasil y otros actores regionales importantes están favoreciendo un nuevo orden internacional, diferente al establecido después de la Segunda Guerra Mundial. Esta tercera ola de globalización, o tal vez desglobalización, ofrece oportunidades de cooperación entre América Latina, Europa y Estados Unidos en áreas como el comercio, la energía, el medio ambiente y los temas sociales.
E: Se esperaba que la presidencia española de la Unión Europea aumentara el interés europeo hacia América Latina, donde España juega un papel importante. Sin embargo, las elecciones anticipadas en España podrían afectar sus esfuerzos diplomáticos. ¿Cuáles son las prioridades de España para la región? ¿Podría su liderazgo de seis meses en la UE generar cambios duraderos en la postura de Europa hacia América Latina?
JLM: España se ha propuesto como prioridad mejorar las relaciones europeas con América Latina. Las elecciones anticipadas del 23 de julio podrían interrumpir el impulso de la presidencia española en la UE. No obstante, España sigue aspirando a construir y mantener conversaciones de alto nivel entre Europa y América Latina. Estas conversaciones requerirán reflexionar sobre lo que los europeos están aportando a la región. Europa debe comprender que América Latina es una región madura, con intereses políticos y económicos propios. No estamos en una etapa poscolonial; más bien, estamos en una etapa de crecimiento y autonomía.
Dicho esto, el libre comercio podría unir a América Latina y Europa, siempre y cuando las oportunidades no sean exclusivas para las economías más grandes de América Latina. El comercio entre Europa y América Latina podría ayudar a impulsar la transición energética y social en la región y más allá.
Entrevista proporcionada por Wilson Center.
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