En el mundo y, tambiรฉn en la Argentina, se discute el uso de las redes de arrastre de pesca y sus eventuales efectos negativos sobre la sostenibilidad de los recursos pesqueros y el medio marino. La preocupaciรณn y presiรณn de las organizaciones no pesqueras, dio motivo a que la Uniรณn Europea dictara el Reglamento (UE) 2019/1241 del Parlamento europeo y del Consejo del 20 de junio de 2019 sobre ยซla conservaciรณn de los recursos pesqueros y la protecciรณn de los ecosistemas marinosยป, modificรกndose una serie de reglamentos y anulรกndose otros; pero que, a nuestro juicio, si bien es un interesante reglamento que avanza pormenorizadamente en mucho detalle tรฉcnico, demostrando un importante trabajo de los expertos; entendemos, que pierde de vista la necesidad de revisar la administraciรณn global del recurso desde un enfoque ecosistรฉmico.
El mejor estudio de las partes no hace al todo, mรกs aรบn, cuando los buques de los Estados de los principales paรญses pesqueros, no se limitan a la explotaciรณn de los recursos en sus respectivas Zonas Econรณmicas Exclusivas (ZEE) sino que avanzan pescando a distancia recursos migratorios y asociados, que integran la cadena trรณfica de las especies de los Estados ribereรฑos y, es probable, que sin adentrarnos todavรญa, a un anรกlisis mรกs profundo, podamos decir que es imposible efectuar una administraciรณn ecosistรฉmica sino se ejecutan las acciones necesarias para que en alta mar, conforme lo determina la Convenciรณn (CONVEMAR), los Estados de pabellรณn controlan en forma presencial sus buques, determinan las capturas mรกximas sostenibles y -afectando a intereses de terceros- acuerden la pesca de los recursos migratorios o asociados con los Estados ribereรฑos y, tambiรฉn, se finalice con la captura de especies que no hayan llegado al mรกximo desarrollo posible; con aquellas acciones que impidan la ecologรญa trรณfica; descartando en el mar o en los procesos de transformaciรณn; no procesando los residuos en el mar; sustituyendo las especies en el desembarco, etc. y, sin una investigaciรณn integral ZEE-Alta mar.
Seguramente, es necesario avanzar en los estudios, como el citado Reglamento lo indica en varios de sus apartados, para arribar a conclusiones certeras como resultado del trabajo de expertos oficiales en conjunto con sus pares de las asociaciones pesqueras; pero, en cualquiera caso, las decisiones que se tomen, no deberรญan estar influidas por presiones empรญricas de organizaciones ambientalistas; que pudiendo estar habilitadas a intervenir, lo deben hacer aportando evidencias cientรญficas y soluciones tรฉcnicas compatibles con el aprovechamiento eficiente y sostenible de los recursos.
En principio, es necesario tener pruebas cientรญficas y certezas del daรฑo a los recursos pesqueros y al medio marino que podrรญan provocan las redes de arrastre, segรบn se trate de artes destinadas a la captura de especies pelรกgicas (columna de agua); demersales (cerca del fondo) o bentรณnicas (fondo) y representativas de todos los ocรฉanos, realizados por organismos oficiales, como los Institutos Nacionales de Investigaciรณn de cada regiรณn, no solo en la ZEE, sino tambiรฉn en alta mar, con apoyo econรณmico de los organismos multilaterales.
Cualquier tratado bรกsico de Biologรญa, podrรญa poner en duda inconsistentes cientรญficas de algunas organizaciones; pero, tambiรฉn la delimitaciรณn arbitraria de la CONVEMAR, donde se exigen todo tipo de prรกcticas, controles e investigaciones dentro de la ZEE y luego de las 200 millas la pesca es libre; entendiรฉndose errรณneamente que el concepto de โpesca libreโ habilitarรญa incluso la depredaciรณn y, donde los controles y estudios realizados son escasos; pese, a tratarse, de un mismo ecosistema, provocando que los resultados de las investigaciones en las ZEE, incluso, sean insuficientes e imperfectas.
Estableceremos como โhipรณtesis de trabajoโ que las redes de arrastre causan daรฑos a la pesca y al medio marino; aunque, diremos rรกpidamente como contrapartida que, segรบn la FAO (Estado Mundial de Pesca, 2022) el nรบmero total de buques en 2020 eran unos 4,1 millones (un 62% motorizados), un 10% menos que en 2015; lo que habrรญa llevado las capturas marรญtimas de aquel aรฑo a 78,8 millones de toneladas, una reducciรณn del 7,6% en relaciรณn a 2018 y, el empleo, con 37.882.000 pescadores ocupados en la pesca marรญtima en 2020 un 5,5% menos que en 2018. Datos suficientemente serios, que no se deberรญan ser dejados de lado, a la hora de alcanzar con rigor cientรญfico una certeza de la hipรณtesis preestablecida. Hay que armonizar entre la โsostenibilidadโ biolรณgica y โla sustentabilidadโ empresaria.
Paralelo a ello, decimos, que, a pesar de la disminuciรณn de buques citada, el tonelaje de registro bruto (TRB) de los buques (el volumen que incluye bodega, mรกquinas, camarotes, etc.) aumentรณ en un 28% (1990-2010) y la potencia KW (la potencia del motor) tambiรฉn aumentรณ un 45% en igual periodo. Es decir, la capacidad de pesca aumentรณ, aunque todavรญa las โestadรญsticas oficialesโ solo puedan estar registrando la baja de buques.
Segรบn la FAO (ob. cit. 2022) โcorresponde a Asia la mayor flota pesquera mundial, estimada en 2,68 millones de embarcacionesโ, es decir un 65% del total de la flota mundial, de las cuales 564.000 son buques chinos. Por su parte, segรบn FAO, รfrica alcanzรณ al 23,5%, Amรฉrica al 9%, Europa un 2% y Oceanรญa un 1%. Aunque en estos รบltimos porcentuales no estรฉn claros cuรกntos son motorizados y cuรกntos no.
Un anรกlisis inicial nos permite inferir que no puede atribuirse a este arte de pesca la principal responsabilidad, sino a la aรบn sobrepoblaciรณn de buques a partir de la mayor eficiencia de los existentes y, a las mรกs de cuarenta razones por las que podrรญamos tipificar de pesca ilegal (INDNR) a muchas de las capturas. Por supuesto, dentro de ello, habrรก que dar soluciรณn a los descartes, como producto de la pesca incidental o a razones comerciales, que de ninguna manera deberรญan devolverse al mar y, a la captura de mamรญferos, aves y tortugas, cuyos aportes hace el Reglamento.
El problema global, lo resume la declaraciรณn de Polรญtica Pesquera de la Uniรณn Europea de la siguiente manera: ยซlos Estados miembros deberรญan adoptar medidas especรญficas, para alinear el nรบmero de buques pesqueros comunitarios con los recursos disponibles, a partir del equilibrio entre la capacidad de pesca de sus flotas y la posibilidad de pesca que disponenโฆยป; cuestiรณn, que Global Fishing Watch, se encarga de mostrar la gravedad del desequilibrio existente, al analizar los mensajes de ubicaciรณn enviados por los buques pesqueros: ยซpor cada Km2 dedicado el agro, los barcos pesqueros operan cuatro veces mรกs espacio en el mar, cerca del 55% de la superficie oceรกnica y, contrario a lo que ocurre en las รกreas agrรญcolas, las zonas pesqueras de alta mar, se ubican mรกs allรก de las 200 millas de la ZEE, (NdA: es decir fuera de la jurisdicciรณn de las naciones) y tienen un reparto poco proporcional: el 85% de esas capturas las acaparan solo cinco paรญses: China, Espaรฑa, Taiwรกn, Japรณn y Corea del Surยป (รlvaro Merino, 7/2/2023) y, nosotros agregamos: diez paรญses se llevan el 65% del total de las capturas del mundo.
Tambiรฉn, en un examen del rendimiento tecno-econรณmico de las principales flotas de pesca marรญtima de veinte paรญses de 2016-2019 en relaciรณn al 2000 se observa un aumento de tonelaje bruto, incrementos sustantivos de esloras y, la potencia del motor y menor antigรผedad en la flota; verificรกndose al mismo tiempo, una reducciรณn de costos de combustibles y el ahorro de energรญa debido a avances tecnolรณgicos en las operaciones y los artes de pesca; registrรกndose avanzas muy importantes en el aumento de la eficiencia pesquera y la reducciรณn del impacto ambiental de la pesca.
Es decir, teniendo en cuenta lo indicado precedentemente, el nรบmero de buques de cada paรญs y sus capturas; contrario a lo que plantea la Uniรณn Europea -si bien limitado a sus miembros- no es posible que ยซlos Estados โdeberรญanโ adoptar medidas especรญficas, para alinear el nรบmero de buques pesqueros comunitarios con los recursos disponiblesยปโ, ya que es evidente, que no se trata solo de nรบmero de buques, sino de potencia, etc. y, que el reparto, es inequitativo, muy especialmente fuera de sus jurisdicciones en alta mar, donde unos pocos se hacen de los recursos migratorios de todo el planeta; por lo tanto, no se puede esperar que cada paรญs haga una reducciรณn (que no alcanza) de buques; por ejemplo, sino, que รฉsta -hechos los cรกlculos pertinentes- debe traducirse en una reducciรณn de capturas, proporcionalmente mayor por quienes estรกn causando mayor esfuerzo pesquero y, aรบn mรกs, si se trata de pesca tipificada de ilegal, con el tecnicismo o no de โno declarada, no registradaโ, ya que cualquiera de sus formas, afecta el stock pesquero y al reparto equitativo de la pesca en los paรญses, las regiones y el mundo, sin tener en cuenta ยซlos intereses y necesidades de toda la humanidad y, en particular, los intereses y necesidades de los paรญses en desarrolloยป, como reza el Preรกmbulo de la CONVEMAR.
Continรบa luego, la declaraciรณn de la Uniรณn Europea ยซCada Estado deberรญa poder elegir las medidas e instrumentos que desea adoptar con el fin de reducir el exceso de capacidad de pesca. Se deja asรญ margen para reducir el arqueo bruto; teniendo en cuenta tambiรฉn, la seguridad y comodidad de los pescadoresยป (Arie Aalbers โAnรกlisis de lรญmites mรกximos de Arqueo Bruto y potencia de propulsiรณnโ, Uniรณn Europea, 11/2018). Mรกs de lo ya dicho.
En ningรบn caso, esta declaraciรณn refiere, al uso o no en la pesca de redes de arrastre, aunque las regula y, sรญ โa la flota pescando en relaciรณn al recurso disponibleโ; entonces, podrรญamos ratificar una primera precisiรณn: hay que reducir la flota de tal forma que arroje resultados ciertos sobre la disminuciรณn de las capturas y eliminar la flota que pesca ilegalmente y en ella incluimos -especialmente- la flota que pesca a distancia los recursos migratorios en alta mar originarios de las ZEE de los Estados ribereรฑos sin acuerdos con รฉstos.
Todo esto requiere un anรกlisis mรกs fino; pero, cuando la propia FAO refiere a que hay un 30% de pesca ilegal, no hay duda que por el momento, el problema no estรก en la pesca con redes de arrastre, sino a la sobrepesca, la falta de combate a la pesca ilegal y al descarte, que no solo se hace sobre un importantรญsimo volumen sin control, sino que se desconoce el daรฑo al ecosistema y, cuyas consecuencias nutricionales son gravรญsimas. Con 300 mil toneladas descartadas por aรฑo se podrรญan alimentar 3 millones de niรฑos todos los dรญas, todo el aรฑo, con la mejor proteรญna.
Tambiรฉn habrรก que evaluar destinar al consumo humano los 12 millones de toneladas capturadas que se destinan a la fabricaciรณn de harinas para consumo animal; esfuerzo que deberรญan compensar los paรญses mรกs desarrollados.
Todo parece una cuestiรณn de mejorar la administraciรณn pesquera a nivel mundial, entre otros, regular y controlar mejor la pesca en รกreas consideradas sobreexplotadas, ya que, segรบn la FAO, las รกreas biolรณgicamente sostenibles en 1974 alcanzaban al 90% y en el 2019 se redujeron al 64,6%; aunque, segรบn esta misma fuente las poblaciones biolรณgicamente sostenibles representaron el 82% de los desembarques, es decir un aumento con relaciรณn a 2017 que hace presumir una mejora en el manejo del recurso, lo que la propia FAO confirma: ยซlas poblaciones mรกs abundantes se gestionan de manera eficazยป (ob. cit. pรกg. 16); aunque para precisarlo habrรญa que constatar, si no se esconden en estos porcentuales los descartes que, como es obvio, no llegan al desembarco. En cualquier caso, es evidente que la presiรณn sobre el recurso aumentรณ y que, de los aproximadamente 45 millones de toneladas que se pescaban en 1980 con destino humano, hoy con 78 millones se captura un 75% mรกs, solo unos 2 millones de toneladas menos que 2015.
Ante la presencia de un eventual tope en las capturas y la demanda de proteรญnas creciente, la pregunta que cualquier funcionario del sector se hace es: ยฟcรณmo aumentar la producciรณn para generar mรกs producto, mรกs industria y mรกs empleo? la respuesta parecerรญa ser aumentar la eficiencia; permitir un mayor desarrollo de las especies para capturar mรกs gramos por unidad; agregar el mayor valor posible; buscar acuerdos entre los Estados de pabellรณn y ribereรฑos para aprovechar en forma sostenible y โsustentableโ las especies que migran a alta mar y, seguramente, como estรก ocurriendo, incrementando la producciรณn de acuicultura, que hoy alcanza al 50% del total mundial producido.
El ordenamiento general de ello, no alcanza con acciones individuales de los paรญses, sino que requiere un acuerdo internacional, que incluya el control presencial en todos los buques, de modo de garantizar que las medidas de regulaciรณn no queden en los papeles. Y estos controles, cuando se trate de alta mar, deberรญan ser realizados por terceros idรณneos, para evitar informaciones que no se ajusten a los procesos acordados.
Ya hemos dicho, que es imposible una administraciรณn ecosistรฉmica con la dicotomรญa biolรณgica que establece la CONVEMAR donde se obliga a hacer controles en la ZEE y se libera la pesca en alta mar. Es sabido, que una administraciรณn ecosistรฉmica va de lo global a lo particular (un รกrea, una especie, un arte de pesca). Gestiona el ecosistema y dentro de รฉste, a las especies y sus interrelaciones ecolรณgicas y alimentarias; pero tambiรฉn los efectos socioeconรณmicos vinculados a la explotaciรณn de los recursos. Ello implica, una visiรณn integrada del manejo de las aguas y los recursos, teniendo por finalidad su conservaciรณn y uso sostenible de modo equilibrado. Comienza por satisfacer las necesidades nutricionales, sociales y econรณmicas de la humanidad a partir de asegurar el equilibrio del ecosistema a perpetuidad. Esto, incluye el anรกlisis de todos los procesos, funciones e interacciones entre los componentes y recursos del ecosistema e involucra el manejo de las especies y de otros servicios y bienes ecosistรฉmicos. No debe perderse de vista que el ser humano y sus hรกbitos alimentarios y culturales son componentes integrales del ecosistema, no es suficiente con suprimir los efectos negativos sino se asegura la alimentaciรณn de la poblaciรณn, junto con la sostenibilidad de las especies. No alcanza con asegurar una mayor sobrevida a otras especies, sino se asegura primero la sobrevida a los hombres, mujeres y niรฑos que se alimentan de estos recursos. Solo la reducciรณn de buques ha producido una pรฉrdida de 2 millones de empleos y, obvio, ello supone dificultades alimentarias.
Aunque resulte duro, no se puede esperar reducir la poblaciรณn humana para dar mayor sustento a las tortugas, por ejemplo. Hay que lograr con mejores acuerdos; mayores controles; nuevas tecnologรญas; vedas en las รกreas de reproducciรณn; optimizando el aprovechamiento y sostenibilidad de las especies para asegurar la alimentaciรณn de una poblaciรณn humana que crece, junto a una regulaciรณn equilibrada del resto de las especies, para que se pueda seguir atendiendo las necesidades alimentarias de las personas, en un equilibrio biolรณgico, donde el cuidado del resto de las especies, no obligue a controlar la natalidad humana.
En los ocรฉanos pacรญfico suroriental y atlรกntico suroccidental, el enfoque ecosistรฉmico citado implica ademรกs tener muy en cuenta la legislaciรณn aplicable de Latinoamรฉrica y el Caribe que da preminencia a โaspectos sociales, econรณmicos, tecnolรณgicos, productivos, biolรณgicos y ambientalesโ donde, incluso, la pesca forma parte de los programas de seguridad alimentaria del paรญs, cuyo consumo de productos pesqueros accede en promedio a los 10 Kg per cรกpita por aรฑo, un 50% por debajo del consumo promedio mundial.
Cuando hay sobrepesca, incluso hasta la pesca selectiva puede ser perjudicial, ya que, al ser mรกs eficiente este arte de pesca para hacerse de un determinado recurso objetivo, hay una mayor presiรณn sobre el stock de ese recurso especรญfico.
Y en estas discusiones teรณricas, que muchas veces se ventilan, deberรญamos poner el acento en una administraciรณn ineficiente del recurso y la falta de polรญticas y controles insuficientes y no perder de vista que esta actividad genera recursos econรณmicos a los Estados, desarrollo poblacional e industrial a las regiones mรกs inhรณspitas y el empleo a 37.882.000 de pescadores, sin tener en cuenta los operarios que trabajan en la transformaciรณn, empleos indirectos; ademรกs, de los efectos saludables a los pueblos y el mantenimiento de los hรกbitos culturales ancestrales. La insostenibilidad ataca la actividad presente y la futura de las generaciones venideras.
El Reglamento (UE) 2019/1241 avanza en cientos de reglas tรฉcnicas, varias de ellas de singular detalle y valor, que seguramente podrรกn ser de aplicaciรณn inmediata, aunque entendemos que son subsidiarias frente a la necesidad de resolver primero o en forma simultรกnea la sobrepesca global y la pesca ilegal. Una definiciรณn explicitada en su punto 4 del Reglamento es elocuente: ยซEste marco debe contemplar la captura y el desembarque de los recursos pesqueros, asรญ como la utilizaciรณn de los artes de pesca y la interacciรณn de las actividades pesqueras con los ecosistemas marinosยป.
Las vedas deben estar monitoreadas en forma permanente para que no se transformen en รreas Marinas Protegidas sin sustento cientรญfico y los artes de pesca de arrastre tienen en este reglamento una serie de exigencias que deberรกn ser cumplidas y aรบn mejoradas tecnolรณgicamente, pero la cuestiรณn de fondo estรก en la sobrepesca, la pesca ilegal global y la regulaciรณn de la pesca en alta mar con activa participaciรณn de los Estados de pabellรณn y ribereรฑos.
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