El ejército estadounidense ha informado que un avión de combate ruso se aproximó peligrosamente a un dron de EE. UU. en Siria, disparando bengalas y causando daños. Esta agresiva intercepción forma parte de una serie de encuentros problemáticos entre aviones rusos en la región.

Según un alto comandante de la Fuerza Aérea, los rusos intentaron derribar el dron MQ-9 Reaper de Estados Unidos, y esto ocurrió apenas una semana después de que otro avión de combate ruso se acercara peligrosamente a un avión de vigilancia estadounidense tripulado, poniendo en riesgo la vida de los cuatro tripulantes a bordo.

La bengala rusa impactó gravemente la hélice del dron MQ-9 de EE. UU. El teniente general Alex Grynkewich, jefe de la Central de las Fuerzas Aéreas de EE. UU., hizo un llamado a las fuerzas rusas para que cesen este comportamiento imprudente e injustificado.

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El dron involucrado en el accidente, el MQ-9 Reaper de los Estados Unidos.

A pesar del daño, un miembro de la tripulación que operaba el dron logró mantenerlo en vuelo y regresarlo a su base de operaciones.

Este último incidente forma parte de una serie de encuentros entre aviones de combate rusos y aviones estadounidenses en el espacio aéreo de Siria. En la mayoría de los casos, los aviones estadounidenses eran drones MQ-9 no tripulados. Sin embargo, hace una semana, el jet ruso Su-35 se acercó a un avión de vigilancia estadounidense con tripulación, lo que provocó una estela turbulenta.

En las últimas semanas, los aviones de combate rusos han hostigado repetidamente a los drones MQ-9 de EE. UU., que están llevando a cabo misiones contra el Estado Islámico en el oeste de Siria. Estos encuentros han sido considerados como una escalada significativa por parte de los funcionarios estadounidenses y han afectado la seguridad de las operaciones de la tripulación.

Durante estos encuentros, los oficiales militares estadounidenses y rusos han mantenido comunicaciones a través de una línea telefónica de desconflicto para expresar protestas sobre las acciones de la otra parte.

En la actualidad, hay aproximadamente 900 soldados estadounidenses en Siria, y otros entran y salen para llevar a cabo misiones contra los militantes del Estado Islámico.

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Redacción
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