El pasado martes, en el marco de la Cumbre de presidente de la Unión Europea (UE) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) que se llevó a cabo en Bruselas, los presidentes de Ecuador y Argentina, Guillermo Lasso y Alberto Fernández respectivamente, mantuvieron una reunión donde acordaron retomar las relaciones diplomáticas entre ambos países luego de dos meses de tensión.
En este sentido, ambos mandatarios decidieron dejar a un lado las diferencias y reestablecer las relaciones diplomáticas luego del escándalo abierto del pasado 10 de marzo, cuando la exministra ecuatoriana, María de los Ángeles Duarte -condenada a ocho años de prisión por hechos de corrupción- se fugó desde la sede de la embajada argentina en Quito donde estaba asilada hacia Venezuela.
El conflicto incluyó cartas y acusaciones mutuas entre ambos Gobiernos, y llegó a un punto máximo de tensión con la expulsión tanto del embajador argentino, Gabriel Fuks, como del embajador ecuatoriano en Buenos Aires, Xavier Monge. Sin embargo durante el día de ayer, en lo que podría considerarse como una muestra de la intención de cerrar este conflicto, se publicó en el Boletín Oficial de Argentina la designación formal de Gabriel Fuks como nuevo subsecretario para América Latina de la Cancillería.
Posterior a la reunión, se emitió un comunicado que expresó: “Ambos presidentes remarcaron la importancia de haber normalizado las relaciones diplomáticas con la designación de nuevos embajadores en Quito y Buenos Aires, respectivamente, implementado a través de los cancilleres Santiago Cafiero y Gustavo Manrique”, haciendo mención a los ministro de Relaciones Exteriores de Argentina y Ecuador que también participaron de la reunión en Bruselas.
Por su parte, el presidente ecuatoriano publicó a través de su cuenta de Twitter: “Ecuador y Argentina continuarán estrechando sus lazos de cooperación, especialmente en comercio. A su vez, restablecimos las relaciones diplomáticas con la designación de nuevos embajadores en ambos países”. Asimismo, fuentes cercanas a la Cancillería argentina que siguieron de cerca las negociaciones bilaterales afirmaron: “Hemos recompuesto las relaciones, el tema quedó sin sangre”.
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