Recientemente, el Gobierno expresó mediante un comunicado su crítica y descontento por lo que calificó como una “actividad unilateral de Reino Unido” al haber otorgado una nueva licencia de exploración de oro y otros minerales estratégicos a la compañía Warrah Resources en las Islas Malvinas.
En este sentido, el comunicado oficial afirma: “Ello desoye deliberadamente los llamados de numerosas organizaciones de las Naciones Unidas y otros organismos internacionales, instando tanto a la Argentina como al Reino Unido a reanudar las negociaciones, con el propósito de alcanzar una solución pacífica y definitiva a la disputa de soberanía, que involucra a ambos países en la denominada cuestión de las Islas Malvinas”.
Asimismo, señala que la decisión por parte de Reino Unido, de otorgar una nueva licencia de exploración a la compañía minera, resulta contraria a la resolución 31/49 de la Asamblea General de la ONU. La misma insta tanto a Argentina como Reino Unido a abstenerse de adoptar decisiones unilaterales que impliquen la introducción de modificaciones a la situación de las Islas que se encuentran “actualmente en proceso de negociaciones así recomendadas”.
Por otra parte, en un párrafo siguiente, el comunicado menciona una larga lista de organizaciones que han expresado su “preocupación” por decisiones que impliquen modificaciones unilaterales a la situación actual de las Islas. Y resalta: “Lamentablemente no es la primera vez que el Reino Unido pretende aprovecharse de una situación de facto para explorar y explotar recursos naturales no renovables del territorio bajo disputa de soberanía”.
En línea a esto, también se recuerda una serie de episodios que tuvieron lugar en los 2003 y 2005 cuando se enviaron cartas a la Embajada Británica en Buenos Aires con protestas formales por los intentos del Reino Unido de perforar el suelo y subsuelo de las Islas para la actividad minera unilateral. Del mismo modo, se realizó un nuevo llamado a reanudar las negociaciones con Reino Unido para alcanzar una solución definitiva a la disputa por la soberanía de las Islas Malvinas.
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Con lo que roban de nuestros recursos naturales, es lógico que los piratas no quieran soltar la mamadera.