Los pasados días 27 y 28 de julio, el mandatario ruso Vladímir Putin recibió en San Petersburgo a líderes africanos en donde se celebró la Cumbre Rusia- África. La misma buscaba ser la continuación de la primera Cumbre celebrada en 2019, con la finalidad de favorecer el diálogo entre los países africanos y Moscú y avanzar en la negociación de ciertos tópicos. 

Una particularidad que no puede ser obviada de esta segunda Cumbre es el contexto de guerra en el cual tuvo lugar. El conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, lejos de encaminarse hacia una vía que concluya con la paz, recrudece día a día. Al ser este un tema sensible para varios de los países del continente convocados, la baja asistencia de jefes de Estado africanos a San Petersburgo no pasó desapercibida. En su parte enviaron delegaciones de representantes, lo cual no fue bien recibido por el alto mandatario ruso. 

No obstante, 17 dirigentes dieron el presente en la ciudad rusa y acudieron a la Cumbre con su propia agenda. De la misma manera, Putin presidió el evento con sus propios objetivos por alcanzar y logra enviar un mensaje contundente a Occidente. 

La seguridad alimentaria como tema clave y ¿manipulada estratégicamente por Rusia?

Una de las principales motivaciones que llevó a los países africanos a asistir a la Cumbre fue la preocupación por su seguridad alimentaria. África es sumamente dependiente de la exportación de granos y cereales de Rusia y Ucrania. En el entorno de guerra actual, los países implicados establecieron el acuerdo de granos del Mar Negro para garantizar que las exportaciones se llevaran a cabo de manera segura. De esta manera, se evitaba la escasez de alimentos y se prevenía un aumento en los precios mundiales de los mismos. 

Sin embargo, el pasado 17 de julio Rusia tomó la decisión de retirarse del acuerdo argumentando que los intereses rusos habían sido completamente ignorados y que las cláusulas que hubieran permitido la exportación de fertilizantes y alimentos rusos no se efectuaron. Junto con esto, autoridades rusas aseguran que el acuerdo era utilizado por Occidente como un arma de extorsión política.

Seguido de esta decisión unilateral, Ucrania denuncia que Rusia comenzó a atacar con misiles las zonas en donde se encuentra la infraestructura de granos vinculada a la exportación. Los líderes del mundo comienzan a advertir sobre una inminente crisis alimentaria junto al previsible aumento de los precios mundiales. 

Ante semejante situación, el continente africano en general sufrió las consecuencias de la escasez de alimentos. Algunos de los países más pobres del mundo, como Somalia y Eritrea, se vieron sumidos en preocupantes crisis debido a que entre el 90 y el 100% del trigo que requieren proviene de los dos países involucrados en la guerra. 

En el marco de la Cumbre, y frente a las afirmaciones de Occidente de que Putin es el principal responsable de la crisis alimentaria, el dirigente ruso retrucó con una novedosa decisión. Al inicio del encuentro, el presidente prometió el envío gratis de 25.000 a 50.000 toneladas de granos a seis países africanos en los próximos meses. Los beneficiarios son los países más empobrecidos: Burkina Faso, Zimbabue, Malí, Somalia, República Centroafricana y Eritrea. 

¿Por qué retirarse de un acuerdo que permitía la llegada de alimento a esta región del mundo para luego ofrecer gigantescas cantidades gratis? Es claro que se trata de una estrategia que permite sacar a Ucrania de la ecuación y habilita a Rusia a actuar por cuenta propia. De esta manera, Putin podría debilitar la representación que Occidente busca difundir sobre él argumentando que para Rusia es fundamental la seguridad alimentaria de África. 

Sumado a esto, el envío voluminoso de granos que promete Putin le permite ganar una considerable influencia en el continente. No solo eso, sino que también está propiciando el establecimiento de una relación de dependencia aún mayor de parte de África para con Rusia. En definitiva, el mandatario busca mantener una imagen en la que Rusia es un país que se preocupa por los pobres y, al mismo tiempo, demostrar que el país oriental cuenta con el apoyo de un continente entero.

¿Cuál es la postura de los países africanos ante el accionar de Rusia?

La baja asistencia de jefes de Estado a la segunda Cumbre comparada con la primera refleja el descontento y la preocupación de los líderes africanos. El retiro de Rusia del acuerdo de granos del Mar Negro fue definido como una “puñalada por la espalda a los precios de seguridad alimentaria mundial” por el presidente de Kenia, William Ruto. 

Además, el conflicto bélico que Rusia mantiene contra su vecino es otro punto alarmante para las autoridades africanas. Si bien el continente en sí no ha tomado una postura firme respecto a la guerra, siendo que algunos países se declararon en contra y muchos se abstienen a definir una posición, ciertos dirigentes no consideraron propicia la celebración de la Cumbre en Rusia en el actual contexto. 

No obstante, dejando esto de lado, la gran sujeción que África tiene de Rusia es un factor que lleva al continente a no definir una postura contundente que pueda llegar a costarle el apoyo ruso. Justamente por eso, varios dirigentes decidieron dar su presente en San Petersburgo, teniendo como principales objetivos el encontrar una solución al acuerdo de granos y abogar por la paz en Ucrania. Más ahora, con la promesa de envío gratis de alimentos, los países africanos no buscarán arriesgarse y perder la amistad de la potencia oriental. 

El presidente ruso Vladimir Putin habla en una sesión de la cumbre Rusia-África en San Petersburgo, Rusia, 28 de julio de 2023. Vía REUTERS – TASS
Acuerdos conseguidos en el marco de la Cumbre

En el marco de la Cumbre se concluyeron cuantiosos acuerdos y promesas fueron hechas de cara al futuro. Siguiendo con su perfil anticolonialista y defensor de los países más necesitados, Putin anunció que su país había condonado unos 20.000 millones de euros de deuda que África contrajo con Rusia. En adición a esto, aseguró estar dispuesto a agregar a esa cifra otros 82 millones de euros para aliviar la carga económica del continente. Es así como, por un lado, Putin busca darle un concepto comprometido a su país con las regiones más pobres y, por el otro, intenta culpar a Occidente de la inestabilidad de África, afirmando que se trata del “legado del colonialismo”.

En la esfera militar, el mandatario ruso afirmó que su país concluyó acuerdos de cooperación técnico- militar con más de 40 países africanos. A estos últimos, el Estado ruso les administra una gran variedad de armas y equipos e, incluso, algunos de esos suministros se realizan sin costos. El argumento de Putin es que se busca fortalecer la seguridad y la soberanía de los países africanos con el envío de recursos militares, sin embargo, es una forma también de profundizar aún más la vinculación del continente y el poder que Rusia puede ejercer en el mismo. 

En el ámbito diplomático, Putin promete robustecer la presencia diplomática rusa en África con aperturas de nuevas embajadas y consulados y reaperturas de aquellos que habían sido clausurados. Sumado a esto, se promete el refuerzo de personal en las embajadas ya existentes. El fortalecimiento del sistema diplomático en el continente africano permite la ampliación de la cooperación en otras áreas. El primer mandatario ruso espera que la intensificación del trabajo diplomático en África permita establecer relaciones más estrechas en las esferas política, comercial, humanitaria, turística y cultural. 

¿Qué busca lograr Rusia en África?

Finalizada la Cumbre y analizando los resultados de la misma, junto a los acuerdos alcanzados, es posible identificar ciertos objetivos que Rusia pretende concretar. Comenzando por la extensión de su zona de influencia, la potencia busca fortalecerse en el continente africano, convirtiéndose en la principal fuente de poder que domina en el mismo. Además, con todas las promesas de ayuda en materia humanitaria, militar y diplomática, busca intensificar aún más la relación de dependencia que esta región del sur global tiene con Rusia. La finalidad de prestar esta asistencia, expuesta de manera desinteresada, es ganar el firme apoyo de los Estados africanos en las futuras decisiones que las autoridades rusas tomen en distintas áreas. 

Por otro lado, el mandatario ruso se vería beneficiado si, efectivamente, se consolida la idea de que Rusia es una potencia que le da voz y presta atención a una región del mundo usualmente dejada al margen. Es así como Putin asegura que tienen en cuenta las propuestas que dirigentes africanos desarrollan, como por ejemplo el Plan de Paz planteado para ponerle un fin a la guerra Rusia- Ucrania. Si bien se trata de un Plan fallido, ya que no se concretó, Putin valora que África busque ayudar en cuestiones que no estén estrictamente en su agenda de prioridades. Además, asegura que estudian con mayor atención la propuesta africana al considerar que las otras iniciativas de solución estaban dominadas por “las llamadas democracias avanzadas” que no tienen en cuenta los intereses rusos. 

Tal vez lo más destacable del evento sea que la consecución exitosa de la Cumbre, según se afirma desde el ejecutivo ruso, permite a Putin enviar un rotundo mensaje a las democracias occidentales. Rusia no está aislada del escenario mundial, diplomáticamente hablando, como Occidente pretendía, al imponer todo tipo de sanciones. El hecho de que jefes de Estados africanos asistieran a San Petersburgo ya es una señal de que Rusia mantiene relaciones diplomáticas con vastas regiones del mundo, al mismo tiempo, que demuestra el poder con el que cuenta para incidir en ellas.

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Lucia Deharbe
Estudiante avanzada de la Licenciatura en Relaciones Internacionales (UES21). Interesada en cuestiones de diplomacia y geopolítica.

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