La situación en Níger se vuelve cada vez más tensa a medida que se acerca el plazo establecido por la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) para que los líderes del golpe de Estado renuncien y reinstalen al presidente electo del país.
La CEDEAO informó el viernes que sus jefes de defensa habían elaborado un plan de acción militar en caso de que la junta, que ha afirmado que no cederá ante la presión externa, no cumpla con el plazo del domingo.
Horas antes de la fecha límite, los partidarios del golpe se unieron a las fuerzas de seguridad en las calles de la capital de Níger, Niamey, para vigilar y revisar vehículos en busca de armas, siguiendo el llamado de los líderes para estar atentos a la intervención extranjera y los espías.
Sin embargo, al llegar el plazo del domingo, la ciudad se mantuvo tranquila con celebraciones de bodas que continuaban en toda la ciudad y signos esporádicos de apoyo a la junta, incluyendo un piquete de alrededor de 100 personas cerca de una base aérea.
El presidente de la CEDEAO, Nigeria, instó el sábado a explorar otras opciones, aunque el bloque aún puede avanzar con la intervención militar. Países no miembros como Argelia y Chad han expresado su oposición al uso de la fuerza, mientras que Malí y Burkina Faso han afirmado que cualquier intervención militar sería una “declaración de guerra” también contra ellos.
Desde el golpe de Estado del 26 de julio, la CEDEAO ha mantenido una postura firme y había dado a la junta, liderada por el General Abdourahmane Tchiani, una semana para liberar y reinstalar al presidente electo Mohamed Bazoum.
Bazoum fue elegido hace dos años en el primer traspaso pacífico y democrático de poder en la nación desde su independencia de Francia en 1960.
Él ha afirmado que es un “rehén” y ha advertido que el golpe, de tener éxito, tendría “consecuencias devastadoras para nuestro país, nuestra región y todo el mundo”.
Níger, rico en uranio y petróleo y con un papel clave en la guerra contra los rebeldes islamistas en la región del Sahel, es de gran importancia estratégica para Estados Unidos, China, Europa y Rusia.
La junta ha buscado el apoyo del grupo mercenario ruso Wagner, que tiene fuerzas en Malí y la República Centroafricana, mientras que ha cortado los lazos de seguridad con Francia.
El líder de Wagner, Yevgeny Prigozhin, dijo la semana pasada que sus fuerzas estaban disponibles para restaurar el orden en Níger, mientras que Rusia reiteró el viernes su llamado a un retorno al gobierno constitucional.
Francia anunció el sábado que apoyaría los esfuerzos para revertir el golpe, sin especificar si su respaldo implicaría asistencia militar para una intervención de la CEDEAO, mientras que el primer ministro de Bazoum, Ouhoumoudou Mahamadou, afirmó que el régimen derrocado aún creía que era posible un acuerdo de última hora.
Te puede interesar: Los líderes de África Occidental hacen planes para una intervención militar en Níger