Durante los últimos años, minerales como el litio, atraviesan un crecimiento exponencial debido a la alta demanda global para el desarrollo de baterías eléctricas y la búsqueda de los países hacia una transición energética. En el marco de este fenómeno, aquellas naciones que cuentan con vastas reservas de litio en sus territorios se han vuelto el foco de las inversiones, como es el caso de Argentina.
En este sentido, solo para la producción del litio, el sector minero del país estima que se realizarán inversiones por más de 7.000 millones de dólares hasta el año 2030, lo que permitirá a Argentina posicionarse como uno de los primeros productores globales de este insumo estratégico para la fabricación de baterías de autos eléctricos, junto con Australia, y por encimad de Chile.
Asimismo, si se completan durante los próximos años los proyectos en marcha, expertos afirman que el país alcanzará una capacidad instalada de producción superior a las 300.000 toneladas de carbonato de litio por año, lo que podría representar aproximadamente el 20% de la oferta mundial del litio.
Es por ello que, con tres plantas en producción – la tercera, inaugurada en junio y las otras dos, en plena expansión – y con el avance en la construcción de otros cinco proyectos, que están en proceso de ejecución de la ingeniería de detalle, y otros tres en etapas avanzadas, se estima que el país sudamericano se posicionará hacia el inicio de la próxima década como un importante actor geopolítico en materia de transición energética y fabricación de baterías eléctricas.
Además, el beneficio que posee por albergar enormes reservas de litio resulta clave en este contexto para impulsar la creación de baterías de litio con industrias desarrolladas en Argentina, generar un impacto positivo en la economía del país a través de la producción y exportación de este estratégico mineral, potenciar el crecimiento y permitir su inserción en cadenas de valor agregado a nivel global.
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