Arabia Saudita presiona para convertirse en socio de pleno derecho del GCAP, el histórico proyecto de aviones de combate de próxima generación que firmaron Reino Unido, Japón e Italia en diciembre. La solicitud, confirmada por cinco altos funcionarios a Financial Times, suscitó tensiones dentro de la alianza trinacional, en la cual Reino Unido e Italia están abiertos a la idea de la membresía saudí mientras que Japón se opone firmemente e hizo su posición clara para los otros dos.
En este sentido, los esfuerzos de Arabia Saudita para unirse al GCAP y expandir el programa a un proyecto de cuatro naciones se han incrementado significativamente durante las últimas semanas. Estos esfuerzos se vieron plasmados inclusive en una solicitud directa al Gobierno de Japón el pasado mes de julio, cuando el primer ministro Fumio Kishida se reunió con el príncipe heredero, Mohammed ben Salman en Jeddah.
El Programa Aéreo de Combate Global (GCAP por sus siglas en inglés) tiene como objetivo entregar un avión de combate avanzado y exportable para el año 2035, y se constituye como un avance significativo para los tres países signatarios, particularmente para Japón, que históricamente se caracterizó por tener exportaciones en materia de defensa limitadas y nunca formó parte de un programa de esta escala.
Es por ello, que funcionarios detallaron que la participación de Arabia Saudita podría resultar en una contribución financiera potencialmente significativa para un proyecto que se estima costará millones de dólares. Una fuente de defensa de alto nivel del Reino Unido confirmó a Financial Times: “El Reino de Arabia Saudita es una de las asociaciones estratégicas del Reino Unido y la Defensa del Reino Unido está interesada en seguir trabajando en GCAP. Vemos a Arabia Saudita como un socio clave en el programa de caza y estamos trabajando para asegurar un fuerte progreso lo antes posible”.
Sin embargo, desde Japón aseguran que incluir a Arabia Saudita complicaría aún más las discusiones sobre a qué países Tokio puede vender sus armas. Asimismo, explicaron que un cuarto miembro también complicaría las negociaciones sobre un proyecto que ya tiene un plazo ajustado, y existe la preocupación de que con la participación saudí se generen demoras.
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