La inteligencia artificial (IA) y la IA generativa (IAG) están reconfigurando el ámbito de la tecnología legal en Europa. En este sentido, con la integración de dichos avances tecnológicos, lograron convertirse en impulsores esenciales del cambio dando lugar a un nuevo enfoque en la industria legal.
Esta integración no se trata únicamente de inversiones financieras, ya que también requiere de un trabajo conjunto que involucre tiempo, recursos y capital intelectual. Al centrarse en el crecimiento sostenible y la responsabilidad ética, este nuevo enfoque establece las bases para una era de cambio en la tecnología legal.
En línea con esto, expertos afirman que los beneficios potenciales que ofrecen la IA y IAG se extienden tanto a las operaciones internas como a las experiencias de los clientes dentro del mercado de tecnología legal de Europa. Estas tecnologías ayudan a mejorar la eficiencia, automatizar las tareas rutinarias y ofrecer soluciones personalizadas.
Sin embargo, la transformación también enfatiza en el control de calidad (QC). Ya que si bien las inversiones en IA pueden generar ahorros de tiempo significativos en tareas de tecnología legal, la complejidad de sus algoritmos requiere un estricto control para garantizar la precisión y confiabilidad. Este es un factor de debate en el seno de los países, debido a que representa un potencial riesgo en la aplicación de la inteligencia artificial en diversos ámbitos.
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