El martes, los talibanes de Afganistán conmemoraron el segundo aniversario de su regreso al poder, celebrando la toma de Kabul y la instauración de lo que describen como seguridad en todo el país bajo un sistema islámico.
Después de una rápida ofensiva mientras las fuerzas extranjeras lideradas por Estados Unidos se retiraban tras 20 años de guerra inconclusa, los talibanes ingresaron a la capital el 15 de agosto de 2021, en un momento en que las fuerzas de seguridad afganas, respaldadas durante años por Occidente, se desmoronaban. El presidente Ashraf Ghani huyó.
“En el segundo aniversario de la toma de Kabul, deseamos felicitar a la nación muyahid (guerreros sagrados) de Afganistán y pedirles que agradezcan a Alá Todopoderoso por esta gran victoria”, expresó Zabihullah Mujahid, portavoz talibán, en un comunicado.
Aunque Afganistán ha experimentado una paz no vista en décadas, la ONU reporta docenas de ataques contra civiles, algunos atribuidos a los rivales de los talibanes, el Estado Islámico.
Para muchas mujeres, que disfrutaron de amplios derechos y libertades durante las dos décadas de gobierno respaldado por Occidente, su situación se ha vuelto angustiosa desde el retorno de los talibanes.
“Han pasado dos años desde que los talibanes tomaron el control de Afganistán. Dos años que han alterado la vida de las mujeres y niñas afganas, así como sus derechos y su futuro”, manifestó Amina Mohammed, subsecretaria general de la ONU, en un comunicado.
El martes, se impuso una estricta seguridad en la capital, declarado día festivo. Los combatientes talibanes, seguidores y algunos residentes de Kabul se congregaron en las calles. Vehículos desfilaron en una procesión informal con soldados y niños ondeando banderas en blanco y negro.
“Vine aquí hoy para ver la conmemoración del segundo aniversario de los talibanes. Fue el día en que el enemigo de Afganistán fue expulsado de nuestro país, por eso vine aquí para celebrar”, expresó Sayed Hashmatullah Sadat, residente.
Varios departamentos, incluyendo el Ministerio de Educación, también llevaron a cabo reuniones de celebración.
“Ahora que la seguridad general está garantizada en el país, todo el territorio está bajo un solo liderazgo, hay un sistema islámico y todo se rige desde la perspectiva de la sharia”, agregó Mujahid, el portavoz.
En un taller de costura en Kabul, Maryam, de 27 años, quien estableció el negocio después de perder su trabajo en un proyecto internacional y luego como maestra, admitió que temía el aniversario.
“El día de hoy me hace recordar lo que pasó hace dos años y tengo la misma sensación que tuve en ese momento, que fue una sensación realmente terrible”, compartió.
El principal obstáculo para su reconocimiento
Las niñas mayores de 12 años han sido en su mayoría excluidas de las clases desde que los talibanes retomaron el poder. Para muchos gobiernos occidentales, esta prohibición es un gran obstáculo para cualquier posibilidad de reconocimiento formal de la administración talibán.
Los talibanes, que afirman respetar los derechos según su interpretación de la ley islámica, también han impedido que la mayoría de las mujeres afganas trabajen en agencias de ayuda, han cerrado salones de belleza, prohibido a las mujeres acceder a los parques y limitado los viajes de las mujeres en ausencia de un tutor masculino.
El periodismo, que también floreció durante las dos décadas de gobierno apoyado por Occidente, ha sido significativamente restringido.
La detención de trabajadores de medios y activistas de la sociedad civil, como el defensor de la educación Matiullah Wesa, ha generado preocupación en grupos de derechos humanos.
Los talibanes no han abordado detalladamente estos temas, pero indican que sus agencias policiales e inteligencia están investigando actividades que consideran sospechosas para buscar explicaciones.
En un aspecto positivo, la corrupción que se expandió a medida que el dinero occidental inundaba el país durante años después del derrocamiento de los talibanes en 2001 ha disminuido, según el representante especial de la ONU.
También hay indicios de que la prohibición talibán de cultivar narcóticos ha reducido drásticamente la producción de amapola en lo que solía ser la principal fuente de opio en el mundo.
Los talibanes esperan que estos avances ayuden a obtener el reconocimiento internacional y a levantar las sanciones, así como la liberación de alrededor de 7 mil millones de dólares en activos del banco central congelados en el Banco de la Reserva Federal de Nueva York en 2021. La mitad de esos fondos fueron luego transferidos a un fondo en Suiza.
La disminución de la ayuda al desarrollo ha llevado a una reducción de las oportunidades laborales, y la ONU estima que más de dos tercios de la población necesita asistencia humanitaria para sobrevivir.
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