La sorprendente emergencia de Javier Milei como el principal candidato presidencial en Argentina ha generado preocupación en Beijing, debido a las amenazas del populista de extrema derecha de congelar las relaciones y sus críticas al historial de derechos humanos del Partido Comunista Chino.
Ganador inesperado de las elecciones primarias del domingo, el populista de extrema derecha comparó al gobierno chino con un “asesino” en una entrevista con Bloomberg News el miércoles pasado, afirmando que en China “la gente no es libre, no pueden hacer lo que quieren, y cuando lo hacen, los matan. ¿Comerciarías con un asesino?”
La inesperada victoria de Milei lo ha posicionado como un destacado economista libertario con posibilidades de convertirse en el próximo presidente de Argentina en las elecciones de octubre, sucediendo al actual mandatario pro-China, Alberto Fernández.
Milei ha presentado su enfoque de política exterior como una “lucha global contra los socialistas y estatistas”, y ha equiparado a China con Brasil, el mayor socio comercial de Argentina, liderado por el presidente izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva.
Sin embargo, persisten dudas sobre el alcance en el que Milei podría influir en las relaciones económicas del país con China, que es el segundo mayor comprador de las exportaciones argentinas. Un analista ha comparado esta situación con el impacto limitado del presidente brasileño anti-China, Jair Bolsonaro.
El jueves, el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Wang Wenbin, refutó las acusaciones de Milei sobre la falta de respeto a la libertad en China, aunque evitó criticar directamente al candidato. Wang mencionó en una conferencia de prensa programada que “China es un país gobernado por la ley. La libertad personal de los ciudadanos chinos, sagrada e inviolable, está protegida por nuestra constitución. Bajo el liderazgo del Partido Comunista de China, el país ha logrado el milagro de un rápido crecimiento económico y estabilidad social a largo plazo, y las personas experimentan una creciente sensación de felicidad y seguridad”.
Wang también sugirió que Milei podría tener una visión diferente si visitara China en persona. Ante esto, Milei moderó su retórica contra China en la entrevista, indicando que corresponde al sector privado decidir si mantiene lazos comerciales con China y otros países cuyos líderes no le agradan.
Añadió: “No tengo que involucrarme, pero no promoveré relaciones con quienes no respetan la libertad”. Además, aseguró que respetaría los acuerdos ya establecidos por empresas chinas en Argentina, que incluyen un contrato para la construcción de represas gemelas en la Patagonia y un acuerdo para la instalación de una planta nuclear.
La segunda economía más grande de América del Sur enfrenta una severa crisis económica con alta inflación y desempleo, afectando a más del 40 por ciento de su población con la pobreza.
China ha buscado fortalecer sus lazos políticos, económicos y militares con Argentina y otros países sudamericanos, en una región que históricamente ha sido considerada el patio trasero de Estados Unidos.
China es el segundo mayor comprador de las exportaciones argentinas. Argentina y Brasil han comenzado a usar el yuan para pagar parte de la deuda con el Fondo Monetario Internacional, y el Banco Popular de China ha otorgado una línea de canje crucial de $18,000 millones para respaldar la moneda argentina.
Además, Beijing ha prometido profundizar las relaciones comerciales y económicas con Argentina, como fue anunciado por el ministro de Economía del país, Sergio Massa, durante su visita a China en junio.
Según reportes de medios estadounidenses y argentinos, el presidente Joe Biden ha ejercido presión sobre Argentina para que adquiera aviones de combate F-16 estadounidenses en lugar de los JF-17 chinos, en un acuerdo valorado en aproximadamente $700 millones.
Argentina ha presentado formalmente su solicitud para unirse al grupo BRICS, conformado por las cinco principales economías emergentes: Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. Se anticipa que la expansión de este grupo sea un tema central en su cumbre de la próxima semana en Sudáfrica, donde Argentina es el candidato principal.
En China comparan a Javier Milei con el ex presidente Donald Trump
Jiang Shixue, director del Centro de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Shanghái, ha comparado a Milei con el Donald Trump de Argentina y ha señalado similitudes con Bolsonaro.
“Al igual que Trump, son conocidos por hacer comentarios irresponsables durante las campañas electorales para atraer a los votantes. Bolsonaro también hizo muchas declaraciones que afectaron las relaciones entre China y Brasil durante su campaña, pero después de asumir el poder, no cortó los lazos con China. Si bien Bolsonaro tiene una política pro-estadounidense y mantiene cierta distancia con China, la relación fundamental entre China y Brasil no ha sido revertida”, afirmó Jiang.
En relación a los comentarios de Milei sobre congelar las relaciones con China, Jiang considera que carecen de sentido. “Son completamente absurdos e irresponsables. Las relaciones entre China y Argentina, especialmente las económicas, están avanzando rápidamente. Argentina depende económicamente de China y ha cosechado muchos beneficios de las relaciones comerciales y económicas bilaterales. La población argentina está plenamente consciente de esto”, sostuvo Jiang.
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En 40 años, China sacó 850 millones de personas de la pobreza extrema. La población de 20 (veinte) Argentinas. A ver si aprendemos algo.
Exceptuando en los modales de ambos, no me parece correcta la comparación con Donald Trump ya que el ex presidente estadounidense fue ante todo un férreo defensor del nacionalismo económico, impulsando políticas proteccionistas y arancelarias, de defensa del trabajo y la industria estadounidense, contrario a los tratados de libre comercio, como así también de defensa de su moneda y del desarrollo de su poder militar, no propuso dinamitar la reserva federal ni destruir el complejo científico tecnológico de su país. Milei representa todo lo contrario a dicho modelo y solo se limitó a copiar algunas cuestiones simbólicas y estéticas de cierto conservadurismo yanqui que nada tienen que ver con nuestro país como una bandera amarilla de origen esclavista y propuestas delirantes como la libre portación de armas, venta de órganos etc.. Una cosa es ser un brabucón como Trump pero con el primer poder militar y económico a tus espaldas y otra es ser un brabucón con una banderita amarrilla y un país desindustrializado, atado fatalmente a una moneda que no te pertenece y que renuncio al desarrollo de capacidades tecnológicas propias y que además renuncia a la defensa de la soberanía nacional con el pretexto de que el libre mercado soluciona dichas cuestiones.
Hes un gobierno dictador el de China no debería nadie tener dudas .
Hay que acordarte todo lo sucedido con el Covid
Perdón Es..
Hola Sergio, invertir en educación, desarrollo tecnológico, proteger la industria, desarrollar infraestructura, comercio, tener políticas de Estado de largo plazo, todo eso lo puede hacer una democracia, una monarquía y un gobierno autoritario.
Hay que aprender de lo bueno, no de malo. Si vemos defectos en todo, nunca vamos a hacer nada.
Sérgio, yo no diría “gobierno dictador”, porque eso puede hacer con que alguien piense que un poco de dictadura es buena y nosotros tenemos pésimas experiencias. Yo diría gobierno autoritario.
Por otro lado, los chinos tienen bastante experiencia (algo como 3000 años), no somos nosotros que les vamos a decir cómo tienen que hacer las cosas. No sabemos si Jesús no usaba ojotas hechas en China. Nos llevan mucha ventaja, si les podemos copiar algo yo diría que hay que empezar.
El fanatismo que inclina a los extremos no sé a dónde puede llevarnos, no estamos en condiciones de decir …”con este sí y con este no”…pero sí podemos decir…”no somos colonia de nadie”… porque en éste caso cualquier potencia, más aún, las que integran el círculo de las 5 naciones del Consejo de Seguridad de la ONU con derecho a veto, tienen ganas de seguir expandiéndose por el mundo.
Inglaterra, país bastante liberal, donde gobernó una tal Tacher, muy liberal, hacía acuerdos con la China comunista de la guerra fría. Inclusive tenían una ciudad en la propia China, que se llama Hong Kong.
A algunos, los perros le toman la sopa.
De toda esta extensa nota, me quedo con esta frase:
“Argentina depende económicamente de China”
Listo. Con eso ya está todo dicho.
Gabriel_E tranquilo los latinos no aprenden naadaaaaaa.
China es un país antidemocrático gobernada por un partido único de carácter comunista…