Prendes la tele para ver el partido del domingo, entras a X para ver los memes de los OVNIS en Estados Unidos, entras a YouTube a escuchar la última canción de María Becerra y ahí están las propuestas de un lado y de otro. Estas, que de todos los espacios políticos buscan encontrarle la solución al destino de nuestro país, danzan de un polo a otro, prometiendo cambios, estabilidad, normalidad y utopías para quienes deben ratificarlos en las urnas.
Ante este panorama electoral surge una incógnita: ¿en qué parte de la masificación electoral se encuentran explicitas las intenciones de los candidatos sobre los puntos relevantes del Estado como lo es la Defensa Nacional, la Política Exterior y el desarrollo de la ciencia?
Por más de lo discursivo y plataformas electorales carentes de propuestas reales, Argentina tiene la posibilidad de ver cara a cara a sus candidatos expresarse sobre los principales ejes que se desarrolla la política del país. En el primer de dos debates (con posibilidad de tres en caso de segunda vuelta) los aspirantes al sillón de Rivadavia tienen la posibilidad de disertar ante sus votantes mostrando y exponiendo sus planes para llevar a Argentina a la senda del crecimiento.
La cita primera, que se desarrollará en Santiago del Estero, tiene como ejes Economía y Educación; el segundo evento abordará Seguridad, Trabajo y Producción. Pero no solo eso se discutirá entre los 5 candidatos, la organización del intercambio, planteó una vinculación directa de la ciudadanía con respecto a la elección de la temática que abordaran en los mismos. Entre las opciones, el ciudadano podía elegir entre: relaciones de Argentina con el mundo; federalismo y desarrollo regional; salud; justicia, instituciones y trasparencia; desarrollo humano, vivienda y protección del ambiente; defensa y por último, derechos humanos y convivencia democrática.
Para la no sorpresa de quienes estamos abocados a dichos temas, tanto Defensa como las relaciones de Argentina con el mundo quedaron excluidas en la discusión. En los números, “relaciones de Argentina con el mundo” obtuvo el 5.53% de los votos, lo que lo posicionó como el anteúltimo eje y “Defensa” solo un 1.14% de los mismos, lo que determinó que estuviera en el último lugar de preferencia para la población. A su vez, Ciencia y Tecnología ni siquiera fue propuesta como un punto a debatir, por lo que queda un panorama definido con ausencias claves en lo discursivo. En resumen, se hablarán sobre los derechos humanos y la convivencia democrática, y Desarrollo humano, vivienda y protección del ambiente en cada debate, respectivamente.
Pero ojo, no denotan el total de la responsabilidad por la omisión de dichos ejes, los candidatos y la organización del debate. El mismo electorado tuvo la oportunidad y eligió otros ámbitos frente a la posibilidad de incluirlos. De las 84.163 personas que participaron se optaron por ejes que son igual de valiosos e importantes para el país. Esto no pretende poner un punto por sobre otro, lo que sí alerta y expone la relevancia con la cual las cuestiones de esta agenda estratégica trascendental para un país es completamente ignorada por la mayoría.
Hay una convicción de que los temas que nos competen en época electoral, en especial la Defensa Nacional y la Política Exterior, son utilizados muchas veces como moneda de cambio en el tono discursivo para los distintos candidatos. Ya sea para revalidar posiciones históricas de debilitamiento de las políticas de ambos sectores, como también proponer políticas carentes de un sustento de realismo a la hora de llevarla a la práctica.
En este punto, la ausencia de estos temas en un país donde la economía y la seguridad se llevan los flashes y marcan el ritmo con el cual danzan las agendas políticas, marcan una tendencia preocupante a la hora de abordarlos, ya que se los trata como temas subsidiarios de una planificación estratégica en el cual se le relega su verdadera importancia.
Si nuestra alerta marca que en época donde “cada voto cuenta” se trata a estos temas de forma deficiente o demagógica. Poco se puede esperar de que en una gestión futura la importancia relativa de las preferencias de gobierno se establezcan en pos de mejorar ambos campos de acción política.
En todos los spots que nos inundan por la televisión y por las redes sociales se habla de una elección histórica, una decisión que marcará un antes y un después en nuestro país. Pareciera entonces que en ese futuro que pretenden las cuestiones estratégicas de como defendemos lo nuestro, como nos posicionamos con el mundo y como desarrollamos nuestras capacidades están completamente rezagadas en el marco de una agenda política dominada por las urgencias y elocuencias de nuestros posibles representantes.
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