El Instituto Judío para la Seguridad Nacional de Estados Unidos organizó una conferencia telefónica el miércoles para abordar su reciente informe, el cual propone la creación de un pacto de defensa mutua entre Estados Unidos y Israel.
El propósito principal de este pacto de defensa mutua sería contribuir a los esfuerzos de Estados Unidos para fortalecer su posición en Oriente Medio y contrarrestar las crecientes acciones de China e Irán en la reestructuración de la región.
Los participantes en esta conferencia telefónica incluyeron a Michael Makovsky, presidente y director ejecutivo de JINSA, quien también es un ex funcionario del Pentágono; John Hannah, un ex asesor de seguridad nacional del vicepresidente Dick Cheney; el general retirado de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, Charles Wald, y el general de división retirado de las Fuerzas de Defensa de Israel, Yaacov Ayish.
JINSA está recomendando que Estados Unidos firme un Acuerdo de Defensa Mutua (MDP) con Israel por varias razones, resaltando la importancia estratégica de la relación entre ambos países en Oriente Medio. Además, JINSA señala que, a pesar de que Washington ha establecido tratados de defensa mutua con 52 aliados en cinco continentes, no cuenta con un tratado aliado en Oriente Medio, una región donde los intereses y amenazas estratégicas siguen siendo significativos, a pesar de que Estados Unidos está redirigiendo sus recursos y atención hacia otras partes del mundo.
La ausencia de un tratado de este tipo en Oriente Medio ha permitido que Irán, China y Rusia ganen influencia en la región.
Un acuerdo de larga data
Aunque JINSA presentó inicialmente su propuesta de MDP en 2018, e incluso la compartió con el entonces presidente estadounidense, Donald Trump, esta propuesta recibió críticas debido a preocupaciones sobre su impacto en los intereses tanto de Estados Unidos como de Israel.
Este nuevo informe busca abordar esas preocupaciones al aclarar los detalles del tratado y cómo se garantizaría la autonomía de acción para ambos países en la región.
En respuesta a la discusión sobre un posible pacto de seguridad entre Estados Unidos y Arabia Saudita, que incluiría un acuerdo de normalización entre Arabia Saudita e Israel, el panel de JINSA argumenta que su propuesta de MDP no solo sería compatible con dicho pacto de seguridad, sino que también fortalecería la capacidad de Israel y Arabia Saudita para hacer frente a la amenaza iraní.
Los líderes de JINSA también argumentan que la falta de una “arquitectura de seguridad estabilizadora para la región” ha llevado a que los socios regionales de Estados Unidos adopten comportamientos problemáticos.
Se informa que el tratado propuesto tendría un enfoque muy específico y criterios claros para su activación, que incluirían:
- El uso o la amenaza de uso de armas de destrucción masiva contra territorio controlado por Israel.
- El uso o la amenaza de uso de armas de destrucción masiva contra las fuerzas estadounidenses en países del Medio Oriente que mantienen relaciones diplomáticas con Israel.
- Un ataque armado importante contra territorio controlado por Israel por parte de una potencia regional o global que represente una amenaza existencial para Israel.
El grupo argumenta que este tratado permitiría a Estados Unidos respaldar la Declaración de Jerusalén de la administración Biden, firmada en julio de 2022, la cual reafirma el compromiso de Estados Unidos de preservar y fortalecer la capacidad de Israel para defenderse y disuadir a sus enemigos.
Potenciales beneficios de este tratado
JINSA sostiene que el tratado, junto con la posibilidad de una normalización entre Israel y Arabia Saudita, aprovecharía las alianzas de Estados Unidos en el Medio Oriente para abordar amenazas comunes, compartir responsabilidades y promover los intereses globales de Estados Unidos, incluyendo la reducción de la creciente influencia de China en la región.
Un MDP entre Estados Unidos e Israel también proporcionaría seguridad tanto a Israel como a sus posibles socios árabes, permitiéndoles avanzar cómodamente en la cooperación en seguridad en lugar de sentir la necesidad de protegerse individualmente de China, Rusia y Teherán en ausencia de Estados Unidos.
El general Wald afirmó que este tratado fortalecería un posible pacto de seguridad entre Estados Unidos y Arabia Saudita, permitiendo que ambos acuerdos se complementen y llevando a ambas naciones a intensificar su cooperación ante la amenaza mutua que representa Irán.
El príncipe heredero saudita, Mohammed Bin Salman, ha mencionado la amenaza iraní, a pesar del acercamiento entre Arabia Saudita e Israel, y ha destacado la importancia de mantener un equilibrio de poder en caso de que Irán desarrolle armas nucleares.
No obstante, el líder saudita también expresó su esperanza de que una carrera armamentista nuclear en el Medio Oriente no se convierta en una realidad.
JINSA cree que el tratado propuesto garantizaría que esto no ocurriera.
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