Tres años después del último conflicto entre Armenia y Azerbaiyán, la región separatista de Nagorno-Karabaj, de mayoría armenia, ha sido nuevamente objeto de ataques por parte de Azerbaiyán.
Bakú afirma que su objetivo era atacar la infraestructura militar como parte de una “operación antiterrorista” para proteger a los civiles. Sin embargo, observadores en la zona han informado de un alto costo humano, con al menos 32 muertes de civiles en un período de 24 horas.
El 20 de septiembre, las autoridades de Nagorno-Karabaj acordaron un alto el fuego con Azerbaiyán, mediado por las fuerzas de paz rusas. Están programadas conversaciones para el jueves para discutir la posible reintegración de la región en Azerbaiyán, según informa Statista.
Desde la década de 1990, este enclave ha sido el epicentro de los conflictos entre las dos antiguas repúblicas soviéticas. En la primera guerra de Nagorno-Karabaj (1988-1994), Armenia obtuvo una ventaja militar sobre su vecino y ganó el conflicto, lo que permitió a la región secesionista mantener cierto grado de autonomía. Sin embargo, en las últimas tres décadas, el equilibrio económico y militar entre los dos contendientes ha cambiado significativamente.
Como se ilustra en esta infografía, Azerbaiyán ha experimentado un rápido crecimiento económico, multiplicando su PIB por 45 entre 1995 y 2022, impulsado por los ingresos de la industria petrolera. Al mismo tiempo, el presupuesto militar del país se ha multiplicado por 29. En contraste, Armenia no ha experimentado un desarrollo económico y militar comparable. Desde 1995, el PIB de Armenia se ha multiplicado por 15, y su gasto militar por 13.
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