En un movimiento estratégico, Ucrania anunció la entrega anticipada de los primeros tanques Abrams de fabricación estadounidense, una adquisición que se produce antes de lo previsto y que se considera fundamental para la contraofensiva de Kiev contra las fuerzas rusas.
De acuerdo con dos funcionarios de defensa estadounidenses que prefieren mantener el anonimato, se planea enviar más tanques M1 Abrams en los próximos meses, marcando el inicio de los 31 tanques prometidos por la administración Biden a Ucrania. Aunque no se ha revelado la cantidad exacta entregada hasta el momento, el presidente Zelensky expresó su gratitud a los aliados por la llegada de los Abrams, que ya se están preparando para fortalecer las brigadas ucranianas.
Estos tanques se sumarán a otros vehículos blindados en el arsenal ucraniano, y se espera que sean utilizados en posibles avances hacia territorios controlados por Rusia en las regiones oriental y meridional de Ucrania, donde los enfrentamientos se han prolongado sin avances significativos durante meses. Sin embargo, el jefe de inteligencia militar de Ucrania, Kyrylo Budanov, advirtió que el despliegue de los Abrams debe ser cuidadosamente planificado y ejecutado para evitar su destrucción.
Ex altos oficiales militares estadounidenses señalan que podría llevar algún tiempo antes de que los tanques Abrams entren en combate, ya que las fuerzas ucranianas deben asegurarse de contar con el apoyo necesario y determinar la estrategia adecuada. Mientras tanto, es probable que la ubicación de los tanques se mantenga en secreto para evitar ataques precisos.
La llegada anticipada de los tanques Abrams es el resultado de un esfuerzo conjunto de los aliados occidentales en respuesta a las solicitudes de Ucrania. Este gesto contrasta con la reticencia inicial de enviar armamento occidental a Ucrania por temor a intensificar el conflicto con Rusia. Sin embargo, la necesidad de fortalecer las fuerzas ucranianas llevó a Gran Bretaña, Alemania y Estados Unidos a acordar el suministro de tanques occidentales o su transferencia a Kiev, lo que aceleró el proceso de entrenamiento de las tropas ucranianas en el manejo de estas sofisticadas armas.
Aunque Ucrania ha manifestado la necesidad de al menos 300 tanques occidentales para su contraofensiva, hasta el momento ha recibido solo la mitad de esa cantidad. En comparación, se estima que Rusia produce alrededor de 200 tanques cada año. Esta adquisición estratégica refuerza las capacidades de Ucrania en el contexto del conflicto en curso y plantea importantes consideraciones desde una perspectiva de política internacional y seguridad regional.
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